miércoles, diciembre 15, 2010

ÚLTIMA NOCHE

El día fue normal, rutinario. Por eso no te explicas por qué esta noche será la última. Nadie te lo ha advertido, ni tú mismo tienes aún ningún indicio. Todo transcurre como de costumbre. Tu rutina habitual no ha variado, tampoco puedes decir que hayas tenido un presentimiento, que algún dato de la realidad ni de tu siempre afilada percepción hayan quebrado la normalidad implacable en la que transcurre tu vida desde hace décadas, nada.

Afuera, el silencio habitual de la madrugada, pocos autos, un caminante rezagado que apura el paso, una pareja que en la esquina apura el sexo, nada.

Te acuestas, por fin, porque la fatiga del día y la necesidad de descansar te inducen a buscar la posición más cómoda, la de siempre, bah, la de dormir como todos, aletargado, solo como nunca y siempre.

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