domingo, marzo 29, 2009

LOBITA


Quiso ser modelo, Lobita. Apenas le crecieron las tetas se creyó Claudia Schiffer pero sintió que el mundo se le había puesto en contra cuando la rebotaron en el primer casting.
Después intentó con la tele, fue a un aviso en el que pedían caras nuevas para una novela rosa pero sospechó que algo andaba mal cuando advirtió que los seleccionadores prestaban más atención a su culo que a su cara. Una amiga de la infancia le dio por fin la dirección de la productora en la que, le dijo, te aceptarán seguro, Lobita.
Tenés los labios y el cuerpo perfecto para actuar con nosotros, Lobita -le dijo el productor, un espermatozoide con jeans y remera. En cuatro días filmó su primera película y ese mismo fin de semana se buscó en las tapas de "Gente" y de "Caras", pero recién se descubrió un mes más tarde, no en la tapa sino en las páginas interiores, entre una docena de aspirantes al glamour y la fama de las estrellas. Tampoco la revista era Gente ni Caras, sino un folletín de mano a dos colores y papel reciclado que le regaló un taxista cuando la reconoció.
Se la olvidó un pasajero -dijo el taxista-. Y apenas subió, me dije: esta mina es la de la revista.
Con el calor de las mejillas las lágrimas hirvieron y las letras rojas bailaron en ellas como fideos en el caldo. Buenos Aires Hot, se llamaba el folletín y tuvo que bajar del taxi, correr al baño de un bar de mala muerte y echarse a llorar sobre el inodoro, como quien vomita.
El taxista, al que le había pedido que la esperara, se fue sin cobrarle el viaje.

sábado, marzo 28, 2009

BITÁCORA DE LA INFAMIA





Moribundo antes de nacer. Es el diagnóstico de Eduardo Galeano sobre el subdesarrollo, en su ya clásico y admirable "Las venas abiertas de América Latina". Compendio del saqueo al que fue sometido esto que algunos llaman "el subcontinente", subsuelo de la América con mayúscula y sin prefijos, la que en el mundo del confort y el lujo identifica a la primera potencia, la que hoy gobierna el simpático y voluntarioso Barak Obama.
El subdesarrollo -dice Galeano- no es una etapa anterior al desarrollo, es su consecuencia. No habría desarrollo, tal como se lo entiende en los países del llamado Primer Mundo, sin subdesarrollo. Esto es, sin transferencia neta de capitales de un mundo, el tercero, a otro, el primero. El oro y la plata, en tiempos de la conquista española. Los capitales que luego los pueblos vieron esfumarse, en intereses sobre intereses de préstamos otorgados con la alegre irresponsabilidad con la que, dos siglos más tarde, se otorgarían en el primer mundo los préstamos basura.
Gobiernos democráticos, dictaduras, políticas erráticas, populistas u ortodoxas, el capitalismo expoliador no se privó de participar en ninguna fiesta. Las fuerzas revolucionarias que en la primera mitad del siglo 19 expulsaron a los españoles fueron luego traicionadas por la naciente burguesía, predominantemente agraria, que a lo largo de las décadas abortaría cada experiencia democrática que intentara transferir riquezas para industrializar a nuestros países, para que más gente participara de la civilización y no fuera expulsada de modo sistemático de sus lugares de nacimiento, desarraigados por la pobreza y, a menudo, por el miedo y el terror.
Hoy, cuando el primer mundo "consulta" al tercero para salir del fondo del barranco al que lo han empujado los buitres que anidaron tras los muros acristalados de Manhattan, es bueno recordar cómo empezó todo. Cómo a menudo, con frivolidad y rechazo, se nos acusó de incapacidad en la administración de nuestra presunta riqueza.
Lean a Galeano -que acaba de ser reeditado en la Argentina-, lean a Marx -si tienen paciencia y huevos-, pero también "La riqueza de las naciones", de Adam Smith, o "El origen de la familia, la propiedad privada y el estado", de Engels; lean a Stiglitz, a Krugman, a Perón, lean las instrucciones de San Martín al Ejército de los Andes, el diario del Che en Bolivia, los documentos de la contrainsurgencia francesa en Argelia y de la CIA para Chile, en su momento, o los documentos desclasificados de legisladores del Congreso de los Estados Unidos que, a comienzos de la década del ´40, exhortaban a hacer todo lo posible para que la Argentina "fuera reducida a la condición de nación pastoril".
Pero si no tienen tiempo, ni ganas, de leer tanto mamotreto teórico, tanta ecuación fundada en la náusea, lean el libro de Galeano, apasionante y espléndido como obra literaria, desgarrador testimonio del saqueo feroz a los pueblos originarios, primero, y a los inmigrantes y sus descendientes, luego.
Si no tuviera ningún otro mérito formal y de fondo, "Las venas abiertas de América latina" perduraría como bitácora de la infamia, desgarrador inventario de lo que la ambición humana puede hacer con los más débiles de su propia especie, manual de historias clínicas de la vulnerabilidad del trabajo frente a las fuerzas desatadas de la acumulación capitalista.

lunes, marzo 23, 2009

MARZO

El 24 de marzo de 1976 cayó la noche sobre la Argentina. Aunque ya desde el 20 de junio de 1974 había empezado a oscurecer: a menos de un mes de haber asumido la presidencia Héctor Cámpora, los millones de argentinos que marcharon esa luminosa mañana a Ezeiza, a recibir a Perón en su “regreso definitivo a la patria”, fueron interceptados a balazos por la ultraderecha de su propio movimiento. La violencia inició entonces un crescendo operístico que nutrió las crónicas a diario con asesinatos, atentados con explosivos y ataques insurgentes a cuarteles militares.
Pero el 24 de marzo de 1976 la Argentina avanzó temerariamente en los caminos al infierno. Su clase dirigente, sus empresarios y políticos, y buena parte de sus sectores medios, aprobaron y hasta aplaudieron sin pudor la instalación del terrorismo de estado.
Muchos de sus responsables militares han sido o están siendo juzgados. Pero ningún civil parece haberlos financiado y apoyado, como si la dictadura hubiera sido un proceso autónomo, una suerte de cáncer ingobernable, un monstruo que acabó tomando distancia del Dr. Frankestein que, en noches azotadas por los relámpagos de la intolerancia, le dio vida para entronizar la muerte.
A nadie que conozca nuestra historia reciente debería sorprender que la Argentina sea un país despedazado y que, con un cuarto de siglo de experiencia democrática y a menos de un año del “bicentenario”, no atine a articular un proyecto decente, digno, solidario, de nación independiente.

viernes, marzo 20, 2009

MAMBO EN LA BARCELONETA


No se lo pidan a Mambo porque está dedicado.
A comprarlo, pichuleros.

Despierta, Mambo, en una ciudad desconocida. Ha dormido en la calle pero no recuerda nada. ¿Dónde estoy? En Barcelona, hombre -le responde, desconfiado ante su aspecto, un caminante.
Lo golpearon, ahora recuerda. Lo habían contratado para custodiar a un dealer y el dealer decidió traérselo a España para que le cuidara las espaldas, fueron a una cita en lugares oscuros y ñácate. Llovieron palos y la merca se esfumó con el dealer.
¿Qué barrio es éste? La Barceloneta. Ja ja -Mambo-, qué nombre ridículo, pero se parece a la Boca. Jo jo -el catalán, como el club de fútbol. ¿Y qué hacen esos ahí? Pequeña multitud, en una callecita algo promiscua. Es la calle De la Sal y están en un aguantadero de la novela negra.
Encara para el lugar, no tiene nada más cerca a dónde ir. Una gayega algo chispeada le sale al cruce: ¿Y tú quién eres, guapo? Qué guapo ni guapo, soy matón por encargo, argentino hasta la muerte... ajena. Hoy presento libro, la gayega, si compras uno, te lo firmo. Si vos me lo firmás, me compro el cielo, guapa, ja ja.
Toma unos tragos pero rechaza con asco esas cucarachas de mar que le ofrecen, compra el libro a un tipo menudo con cara de haber perdido los anteojos y ya se prepara para el asalto final a la que le dijo guapo cuando lo encara un compatriota, ¿a dónde vas, viejo?, controlá tus instintos, acá somos todos escritores. ¿También la guapa? No te pasés, que estás en casa ajena. ¿Quién sos? Mambo. Carajo -el compatriota-, haberlo dicho antes, si comprás un broli mío también te lo firmo.
Es lo que es, Mambo: no se disfraza de otra cosa y no le gusta que lo confundan con los que curten costumbres raras. Está bien así -dice-, que me firme el suyo la guapa, que es su cumpleaños, por lo que veo, y me voy yendo. ¿Cómo se llama ese tugurio?
Es una librería -con paciencia, el compatriota: Negra y Criminal. ¿Por qué Negra? Porque Dios es argentino -explica el compatriota- pero atiende en Catalunia, la cuna de Gardel. Me chupa un huevo de pascua dónde nació ese marica engominado -Mambo, que de tango, poco-: ¿y vos qué clase de criminal sos, con esa cría en brazos?
En el límite de su paciencia, hamacando a Pepa que llora sin consuelo ante la cara de Mambo, explica el compatriota:
Las buenas dinastías deben perpetuarse, alguien tiene que hacer ese trabajo.

jueves, marzo 19, 2009

QUÉ SIENTEN ELLOS


Quisiera tener veinte, treinta pirulos. Vos dirás, qué piola, quién no. Pero no es eso. Claro que estaría bueno levantarse minas y creer que el mundo está en nuestras manos para cambiarlo. Pero no pretendo lo imposible, ni un botox filosófico, ni una cirugía para que me implanten esperanzas de siliconas.
Quisiera ser pendejo por un rato, unas horas, o a lo mejor alcanzaría con segundos: ver, sentir. Cómo reacciona el cuerpo -y la mente, buhardilla de ese cuerpo- ante lo que está sucediendo en la Argentina. Ante tanta frustración, tanta mala leche, tanta soberbia por parte de los poderosos, los que siempre ganan.
Qué siente hoy uno de 25, por poner un promedio. De qué le vienen ganas cuando mira a su alrededor: de agarrar un fusil, de embotarse con éxtasis o coca, de hacerse monje, de embocarle a un camión manejando un auto a ciento cincuenta, de irse, de quedarse, de sumarse a algún partido político o calzarse un brazalete nazi, de viajar a Malvinas a mirar las tumbas de los que en 1982 eran todavía menores -tenían 18- y los enviaron a morir.
El poder, que es eterno y sólo renueva sus máscaras, ya le está buscando sucesores al gobierno actual y hasta tienen gabinetes y planes económicos alternativos.
Y yo, que a mis 62 tengo ganas de volver por un rato a los 25. ¿Sería como desembarcar en Plutón, caería frito ahí mismo por falta de oxígeno y deshecho por una lluvia radiactiva? No sé, nunca sabré si cuando sos joven podés hacer lo que antes, cuando fuiste jovato, no pudiste.

miércoles, marzo 18, 2009

MAMBO LEARNS ENGLISH





Entra porque ve la puerta abierta, una escalera y luz allá arriba. Sube y los encuentra, media docena de tipos y tipas sentados, y una señora de aspecto anticuado. Arriba las manos -dice, apuntándoles con su 38. Hands up -lo corrige la señora anticuada: you must speak english, here!
Esto es un asalto -dice Mambo, y la señora: you are a thief, obviously, but this is an english academy, please, speak english!
Mambo duda entre balearla o preguntarle qué carajo está diciendo. Opta por lo segundo. Emocionada, la señora lo guía: Say with me: hands up. Jansap, repite Mambo. Good!, la señora: now, give me all the money. Guivmi oldemanei, dice Mambo.
Para sorpresa de Mambo, los seis alumnos escarban en carteras y billeteras, y le entregan billetes, monedas y dos tarjetas de débito, gud, gud!, dice Mambo, y para no olvidarse, repite: oldemanei jansap gud gud.
Como entró, se va, con su pequeño botín. Ya en la calle, llama a un taxi.
-A San Andrés, plis -le indica al tachero.
-Está un poco lejos- le advierte el taxista: -¿Usted vive en San Andrés?
-Yo no. Pero tengo entendido que en ese barrio hay muchos ingleses.

¡BASTA DE INMUNDO POCHOCLO EN LOS CINES!


Esta mañana tengo muchas cosas sin importancia que hacer y fiaca para escribir. Les dejo mi aporte al debate abierto por Jesús Lens, en torno a nuevas tecnologías para superar la crisis del cine. Pueden (podéis) consultar antes su espléndido blog -aquí mismo, en "Pateando el mundo"- para ver de qué se trata.
A ver, Jesús: excelente, tu nota. Y disparadora de un par de reflexiones. Lo que provocaría el 3D holigudense es que el común de los mortales se olvidase de sus cines pobretones y se extinguiría así por siempre una herramienta cultural tan atractiva como el cine. Ya eso está sucediendo, pero Joligud refuerza su apuesta a echarnos del cayuco.Lo del museo de cera y la pelotita lo recuerdo y también me abolló el ojo, pero éramos niños y esas cosas nos divertían. Ya no lo somos -al menos, yo-.Tal vez Almodóvar se inventaría algo en 3D, por su espíritu lúdico, pero los creadores "solemnes" se las verían en figurillas para expresar en tres dimensiones lo que tantas veces se les escapa en apenas dos.Los piratas seguirán existiendo, como los hay ahora por el Caribe o frente a las costas de África, cargándose con el botín de los cruceros turísticos. Y por compleja y presuntamente inviolable que sea la tecnología, acabarán violándola y poniéndola al servicio de los que no podrán pagar los billetes para pelis tan "sobredimensionadas". Se corre además el riesgo de que te pase lo que a Mia Farrow en el film de Woody Allen cuando se le baja el galán de la pantalla y la saca a pasear un rato, ilusionándola con su mundo de fantasía.Lo que habría que empezar a eliminar es el nauseabundo olor de los pochoclos (pop corn) que tanto triturador sin anestesia demuele en los cines reciclados a los que se accede por un shoping.Y hacer una campaña permanente en todos los órdenes de la cultura: que la gente, que nosotros, entendamos que lo valioso exige esfuerzo: de análisis, de comprensión, de discusión en torno a ideas abstractas o propuestas estéticas de la más variada procedencia, que el mundo no es una manzana quemada al rhum ni un panqueque de dulce de leche, que una buena peli, como un buen broli, exigen, sí, exigen, cierto esfuerzo intelectual. No somos monos, qué joder, aunque de ellos conservemos la costumbre de aplaudir cuando algo nos gusta.

martes, marzo 17, 2009

Monjes necios que acusáis...


Al arremeter en España con una costosa campaña publicitaria contra el aborto, la Iglesia católica demuestra que sigue considerando a la mujer como un mero agente reproductor de la especie, una suerte de torno industrial en cuyo seno se moldea lo que vale la pena preservar, el valor agregado de la producción en serie. Dicen defender la vida -los señores pollerudos gerenciados desde Roma- y en la Argentina apuestan a la muerte en las cuevas clandestinas de "aborteros" que realizan la tarea sucia, la que un médico no puede realizar en condiciones dignas y saludables, so pena de condenarse al infierno católico y, lo peor, al retiro de su matrícula.
Si la máxima autoridad espiritual de millones de creyentes en todo el mundo asume esta posición medieval, ¿cómo sorprendernos por la violencia de género? Toda violencia, y la que se ejerce contra la mujer no es una excepción, se ejerce cuando existe legitimación detrás de los discursos y declaraciones. Si las cárceles están llenas de pobres, los hospitales públicos argentinos reciben a diario a centenares de mujeres que arriesgan su vida, y en ocasiones la pierden, por defender la libertad de ser ellas y no el oscurantismo religioso y moral las que decidan sobre qué hacer con sus cuerpos. Y con sus almas...

lunes, marzo 16, 2009

CONTRAFLOR AL RESTO


Pidió permiso para sentarse y se lo dieron: acababa de levantarse un desplumado. Es mi turno, pensó: a éstos los limpio en un par de jugadas.
Qué podía hacer un trío de perejiles frente a un tahur consumado, experto en alzarse con cosechas enteras de los estancieros que, hay que reconocerlo, pierden sin mosquearse, aunque salgan del garito y crucen en lìnea recta hasta la casa del notario -que además es prestamista-, a hipotecar sus campos.
Y así fue. Falta envido, truco y contraflor al resto, toda la batería de su prestidigitación y clinck caja, a llorar a los tambos.
-Padre- lo detuvo uno de los perejiles, cuando ya se levantaba con las faltriqueras de la sotana de franciscano rebosantes de pesos fuertes: -se olvida el misal.
Todo iba bien hasta ahí pero, es evidente, el que te jedi decidió escarmentarlo porque el cablecito del audífono se desprendió del lomo del misal. Curioso como gato, el perejil se lo incrustó en la oreja y una voz femenina lo increpó: Podrías seguir hasta desplumarlos, sos un mediocre sin remedio.
No le hablaba a él, fue evidente, la voz femenina. El perejil miró al techo y ahí estaba, asomada a la barandita del entrepiso del coqueto garito, con unos binoculares de última generación colgándole del cuello de ángel distraído por la ofuscación.
-Perdónalos, Dios mío, no saben lo que hacen- dijo el perejil y, a una seña apenas perceptible, los otros dos perejiles se abalanzaron sobre el cura estafador.
La seña, vale aclararlo, fue una leve suba de las cejas, como la del as de espadas.

domingo, marzo 15, 2009

A VOTAR, QUE SE ACABA EL MUNDO


Cristina Fernández ganó la presidencia de Argentina con 45% de los votos emitidos. La segunda fuerza sólo alcanzó el 25%. A los pocos meses de asumir, y como consecuencia de la rebelión fiscal de la patronal agraria, los "sondeos de imagen" le adjudicaban a Cristina un magro 20% de "imagen positiva".
Hoy, con el agrarismo sirviendo de ariete a toda la oposición, el gobierno decidió adelantar las elecciones: se votará en junio, en vez de hacerlo en octubre. Las razones esgrimidas son válidas, aunque la oposición y la prensa "seria" sostengan que la convocatoria anticipada es "un síntoma de debilidad". Unos y otros tendrán sus razones, pero en democracia no existe otra herramienta para quitar o convalidar la legitimidad de un gobierno que el voto popular.
Volvemos a las andadas. Y no es nuevo. Cada vez que un gobierno, hoy como ayer, toca intereses de los poderosos, se "deslegitima". "La Nación" y "Clarín" -y en España los diarios "El País" y "El Mundo"- se han ocupado mucho del botox de la presidenta, de su rico vestuario, de su para ellos impostada elegancia. Claro que lo que preocupa en la madre patria y en la patria hija no son tales inconsistencias estéticas sino la recuperación para el estado argentino de su aerolínea de bandera -descuartizada en su momento por Iberia- y del botín que el sistema de los fondos de jubilaciones y pensiones había saqueado de las cajas jubilatorias durante la década de los noventa -con el aplauso de la llamada "patria financiera"-, provocando entonces un agujero negro fiscal del que el país ya no pudo recuperarse hasta después de estallar la convertibilidad, en 2001.
El llamado a elecciones anticipadas -que debe ser aprobado por el Congreso- descoloca a la cerril oposición y pone en aprietos a tanto columnista y corresponsal de la gran prensa para explicar por qué un gobierno tildado de autoritario encuentra "la salida a su laberinto" -como escribe uno de esos amanuenses hoy en "Clarín"- convocando al pueblo a que ratifique o rectifique el rumbo económico y social que, en octubre de 2007, votó el 45% de los argentinos.

sábado, marzo 14, 2009

SÁBADO


Tu hija adolescente duerme, es sábado. Almorzarán, tu compañero y vos, solos. Sus hijos -tres- y la tuya -una- duermen. Como vampiros que rechazan la luz del sol. Esta tarde, tarde, empezarán a despertar. Somnolientos, reclamarán alimento y atención a sus demandas financieras para esta noche de sábado. No dirán buen día -porque será ya casi de noche y porque no acostumbran decir buen día-, ni se interesarán por tu compañero y vos. Dirán, a lo sumo, ¿por qué esa cara de culo, ma -o pa-?
Pero ahora duermen. Ni se enteran -ni quieren saberlo- de lo que pasa afuera. Importa la alta noche, la madrugada que aturde, el amanecer que encontrará a más de uno en las guardias de los hospitales públicos.
Tu compañero y vos comerán en silencio, solos. Tan solos como antes, cuando no era sábado.

viernes, marzo 13, 2009

DECLARACIONES A LA PRENSA


Mambo sale a matar. Es su trabajo, como el de un taxista levantar pasajeros y llevarlos a algún lado. No quiere salir en los diarios, Mambo, como tampoco el taxista.
Pero en cuanto acaba con su víctima del día, ¡zas, un movilero de la tele! ¿Por qué hizo eso?, le pregunta, apuntándole con el micrófono. Me pagan -Mambo. ¿Qué opina de la pena de muerte para los asesinos? -el movilero. Me parece bien, si hay un juicio justo -Mambo: Pero los jueces no dan abasto, los criminales entran por una puerta y salen por la otra, los abogados hacen fortunas con lo que roban los ladrones de bancos.
Y con un gentil codazo en las costillas del movilero y puntapié a los testículos del camarógrafo, Mambo da por terminadas sus declaraciones a la prensa.
Permiso -dice, mirando a la cámara que ha quedado tirada en el piso, junto al camarógrafo: tengo que seguir matando.

jueves, marzo 12, 2009

ADOLESCER



Hace frío, esta mañana, aunque no demasiado, ya la primavera se anuncia en el jardín de casa.
Estoy tranquilo, sereno, casi feliz de que haya llegado, por fin, el día.
Tal vez, cuando acabe mi faena, muchos se preguntarán por qué, desempolvarán diagnósticos siquiátricos, tratarán de aislarme como a un virus dañino, a un mal ejemplo, a lo incomprensible. Pero mis padres dirán que era un chico normal, mis maestros no podrán negar mi contracción al estudio.
Me siento bien en mi uniforme de combate, las armas están cargadas y listas, pronto entraré en acción.
Tengo a mi favor la sorpresa, el armamento, los largos meses de mi solitario entrenamiento en los campos minados de la internet. El mundo está desintegrándose, los que hablan del futuro mienten o son imbéciles.
Soy la noche, el temporal, el juicio, la última página que, cumplida la faena, arrancaré con mis propias manos.
Berlín. El adolescente alemán que asesinó a nueve estudiantes y tres maestras de una escuela secundaria de la localidad de Winnenden siguió su camino de furia durante 40 kilómetros y en el trayecto mató a tres personas más antes de suicidarse en un supermercado de la vecina ciudad de Wendlinger.


miércoles, marzo 11, 2009

QUÉ NO SOMOS


El que esto escribe no es marciano. Nací de padre y madre, me eduqué en la escuela pública, tuve las oportunidades que daba la Argentina hace cuarenta años, cuando ya los jóvenes criticábamos la decadencia de una sociedad que no respetaba a sus mayores y sazonaba a sus hijos para devorárselos pocos años más tarde.
¿Qué pasó después? La guerra fría recalentó los cerebros de mucho fascista criollo, que en las universidades del estado advirtió que se estaba gestando la revolución que acabaría instalando paredones a la cubana, gulags a la soviética, que izaría el ominoso trapo rojo tras arriar la celeste y blanca.
Ésa es la historia minimalista, la de los mediocres al servicio de los privilegiados, los dueños de la tierra, los que quisieron y pretenden todavía un país agrícola, una gran estancia con peones y terratenientes -o arrendatarios-, sumisos de sol a sol, recelosos de cualquier atisbo de organización gremial y política.
Desde que era pibe oigo decir que la Argentina es un país rico, que se salva con una cosecha, que acá no hay hambre, que esto no es África, que ni siquiera es Latinoamérica.
Sin saber qué somos, definiéndonos siempre por la negativa, la historia nos pasó por encima, el monstruo global se ha puesto la servilleta y está listo para devorarnos.
Pero seguimos jodiendo.

martes, marzo 10, 2009

CUERPO DIPLOMÁTICO

El envarado y vetusto cuerpo diplomático argentino está sobre ascuas. Aburrida de lidiar con los del campo y, en la última semana, con los jueces supremos, ahora la presidenta convocó al equipo de vendedores de la imagen argentina en pleno: cien embajadores cien. Señores, ¿por qué, en vez de rascarse a diez o quince mil dólares por cabeza, no salen a vender lo que la Argentina produce?
Alelados, atónitos e hiperglucémicos, los diplomáticos se miraron unos a los otros, hasta que uno de ellos, embajador en Gatusilandia, preguntó con timidez: ¿Qué mongo fabrica la Argentina que puedan comprarnos afuera, aparte de guano, soja transgénica y sus respectivos porotos, carne cruda y bailarines de tango?
Podríamos exportar torturadores a Irak, nos quedan algunos rezagos, propuso el embajador en Isla de las Tortugas. Claro que algo reblandecidos, admitió a continuación: el mundo reclama hoy otra clase de aprietes.
Exportemos Cavallos –saltó, inspirado, el plenipotenciario en Toombstone, Arizona: el primer mundo no sabe qué hacer con su crisis y el negro Obama descongeló lo de las células madre. Fabricar y exportar Cavallos nos saldría más barato que importar baratijas de Taiwán.
Obama será negro pero no boludo –dijo con su habitual sutileza el consorte de la presidenta, presente en el cónclave sin aviso ni invitación previa: lo de un peso un dólar funcionó bien acá durante un tiempo, pero miren cómo terminó. Pero empezó bien –defendió su idea el plenipotenciario en Toombstone-, la gente estuvo contenta un rato largo, vos te prendiste de la teta menemista cuando gobernabas Santa Cruz y cobraste tu comisión por la venta de YPF a los gallegos, lo que cuenta es la ilusión y el capitalismo necesita de ilusionistas como el pelado –terminó su alegato, derramando un lagrimón de nostalgia por Cavallo.
Políticas de estado, es lo que le falta a este país –susurró, ya sin aire, la presidenta, descompensada como Blancanieves después de pegarle su legendario tarascón a la manzana.

domingo, marzo 08, 2009

MAMBO EN DOMINGO (a pedido de C.)




No pensaba salir, no le gustan los domingos, no es de Ríver ni de Boca, las sombras y los gozos están lejos de los sentimientos que no tiene. Pero se quedó sin fasos. Y salió.
Error fatal, el kiosco de siempre está cerrado, camina dos cuadras y nada, encara a una viejita, único ser medianamente humano en todo el centro de la Buenos Aires abandonada y sucia de los domingos. Me quedé sin tabaco, no doy más, dice Mambo, y la abuela le indica un galpón grande, ahí adentro lo van a ayudar, hijo. Entra, poca luz, gente ensimismada, espantajos colgados de los muros, qué carajo es esto, amaga retroceder pero al fin descubre el kiosco. Cada vez vienen más berretas, con esto de los asaltos, se acerca a una ventanilla con agujeros, particulares sin filtro, pide.
Una mano sale por entre una cortinita y le convida: tengo lucky -dicen desde adentro. Acepta, aunque sean rubios, le da fuego al de adentro y entonces, a la luz de la lumbre, reconoce al cura, vive en el barrio, han hablado más de una vez de mujeres y de fútbol.
No vendrás a confesarte, le dice el cura y Mambo se persigna, aterrado ante la sola posibilidad de desembuchar sus pecados. Qué alivio, dice el cura: fumo y quiero dejar, fumo y quiero dejar, pero sigo.
Me pasa lo mismo, dice Mambo, mato y quiero dejar, pero sigo. Y agrega, aspirando el humo hasta el esófago: son fuertes, estos rubios. Parecen negros.

sábado, marzo 07, 2009

BLA BLA BLA y BANG BANG BANG


Otra vez la pena de muerte. Sin debate, a puro exabrupto. La prensa vuelve a hacer su agosto sangriento con temas que lanza al ruedo mediático sin seriedad, como es costumbre. Ahora aprovechan el brulote de una ex modelo publicitaria y ya añeja conductora de un mamarracho televisivo, quien reclamó la muerte para los asesinos de un colaborador.
¿Quién no piensa en matar al que mata, cuando la víctima es alguien a quien queremos? Otra cosa es el estado, las normas que nos permiten, precisamente, vivir sin cazarnos uno al otro para quitarnos la comida, los bienes, los afectos.
Con treinta mil desaparecidos, con miles más de torturados y encarcelados que apenas si han logrado salir del infierno, todo ello sin garantía jurídica alguna, a plena ley de la selva y desde un estado totalitario hasta 1983 y con gatillo fácil en plena democracia, seguimos hablando de la pena de muerte. Reclamándola como a una suerte de solución final para la violencia que corroe a nuestra sociedad.
Brasil sembró escuadrones de vengadores parapoliciales en sus favelas durante décadas y ahí está. Hoy se sigue matando tanto o más que ayer, sólo que los policías clandestinos han sido reemplazados por sicarios precoces y ejecutores de las bandas de narcos.
La presidenta argentina, con su ya proverbial olfato político, salió a ganarse más enemigos al acusar a la justicia por su lentitud en el trámite de los juicios a represores. Si bien no aludió directamente al tema del día, intentó descolocar a los jueces que, rápidos de reflejos, hablaron por boca de una de sus titulares de la Corte Suprema, Carmen Argibay, reclamando lo obvio, lo que está a la vista de todos pero nadie quiere ver: se necesitan más recursos, más jueces. Eugenio Zaffaroni, otro de los jueces supremos, declaró que ni siquiera se penaliza a los menores que delinquen: se los "protege" enviándolos a esos verdaderos campos de concentración que son los institutos de menores, donde los que deberían recibir asistencia y apoyo sicológico sólo perfeccionan sus presuntas artes para robar y matar.
Bla bla bla y bang bang bang serían, en esta mala historieta nacional, las onomatopeyas representativas del discurso hueco e hipócrita y de una práctica que no cesa: la de asesinar a mansalva desde arriba y desde abajo.
Mientras "Cambalache", el tango de Discépolo, siga siendo nuestro himno nacional, seguiremos destruyéndonos unos a los otros, tendiéndole emboscadas sangrientas a la condición humana.


jueves, marzo 05, 2009

GUANTÁNAMO -La última, por ahora, de Mambo-







Mambo no confía en mails, sms ni chateos, le parecen cosas de señoritas y de putos. Pero abrió una cuenta en yahoo cuando pasó un año sin recibir una carta y el teléfono de línea se quedó mudo y solitario.
Empezó a creer en Bill Gates cuando recibió el mail, esta mañana, convocándolo a Guantánamo: el paraíso terrenal –se dijo-, poder torturar y que te garpen en dólares. Allá va, armado hasta los dientes, aunque espera que los yanquis le den ferretería nueva, no esta porquería de museo.
Los taxistas no quieren llevarlo, tiene que convencer a uno encañonándolo en el entrecejo: a Juncal al novecientos, le ordena. Es la dirección que le dieron, segundo piso, cuando llegan noquea al tachero para no pagarle, baja y entra en el edificio. Sube en un ascensor de rejas, como los del viejo cine de Chabrol, ideales para que te fusilen desde la escalera, pero llega entero al segundo piso. Guantánamo, reza el cartel pintado en rosa, risas adentro, música a todo tímpano, ¿qué es esto? se pregunta pero tarde, ya abren la puerta.
¡Viniste, mi amor! Antes que pueda echar mano a su pistola soviética ya el travesti se la está manoseando, pero pasá, divertite, hoy inauguramos, tanto tiempo.
Ahora lo recuerda, se hacía llamar Débora: aumentó las tetas pero la cara no tiene arreglo, se lo culeó una noche en la calle Borges, Palermo Hollywood, contra el muro de una casa vieja reciclada en restorán, al que ese mismo día había clausurado una inspección porque tenía caca de ratas en la cocina.
Estás igual, le susurra el travesti. Paula, dice ahora que se llama.

miércoles, marzo 04, 2009

MAMBO, DE COMPRAS


Mambo está alzado. Pero no tiene mina y, además, tiene hambre. Entra en el autoservicio como ladrón de bancos del farwest: jansap, dos salamines y un tetra de tinto o te quemo, coreano de mierda. El de la caja lo mira ofendido: no soy coreano, soy japonés. Dame lo que te pedí, japo –lo ponen nervioso los amarillos, resabio del cine yanqui de su infancia. Y una buena hembra.
El nuevo pedido agota la paciencia del comerciante: esto no prostíbulo, grita, anaranjado (amarillo más rojo) de ira, esto no prostíbulo. Desarma y corre al asaltante con una escoba que tiene de oferta a dieciocho pesos. Mambo sale trastabillando y, ya en la calle, siente dos golpes en la cabeza: son los salamines que había pedido. Hay que reconocerle buena puntería al oriental.
¿Y el tetra? –grita, legítimamente furioso: -¡Con qué bajo los salamines, chino ladrón!

martes, marzo 03, 2009

MAMBO, DE PARO



Asesinos con experiencia, no mayores de veinticinco. El aviso no daba más precisiones. Mambo tiene 40, aunque anuncia treinta y cinco porque la percha ayuda a sostener el embuste. Carita de Robledo Puch, documentos retocados y listo, pero treinta y cinco siguen siendo diez más de los que pide la empresa. ¿Qué experiencia puede tener un asesino de veinticinco?
Lo siento, dice el de personal que lo atiende, está pasado de edad. Y cuando ya Mambo se retira, desalentado –hace cinco años que no emboca una, ¡si hasta llegó a trabajar de albañil!-, el entrevistador le pide que espere, que puede haber algo.
Revisa una lista. Sí, dice al fin, hay una vacante, lo felicito. ¿De qué se trata?, Mambo, con recelo, tantas veces se ha hecho ilusiones que no soporta más desengaños.
A los asesinos que tomamos –pibes, todos, botarates peligrosos cuando han matado lo suficiente para creerse infalibles- hay que darlos de baja. Y usted puede ser bueno, tiene cuarenta, me dijo... Treinta y cinco, corrige Mambo. Bueno, treinta y cinco: da lo mismo. ¿Acepta?
Dele, ¿cuándo empiezo?
Mire –el de personal señala el monitor en la pared, un flaco meando en el baño del piso de abajo-. Si lo da de baja ahora mismo, pasa por caja y cobra un anticipo. Buena plata, poco esfuerzo.
Corre, Mambo, al baño de abajo, pero el flaco ya se ha ido. Lo busca pero, ahora que lo piensa, sólo le vio la nuca.
Hijo de puta, dice, por el de personal: siempre te garcan, cualquier excusa es buena para no tomar a uno que acaba de cumplir cuarenta.

domingo, marzo 01, 2009

ESTE DOMINGO


Le ha sucedido otras veces. Pero no se lo cuenta a nadie. ¿A quién puede importarle el relato de un pordiosero? Los que llegan o salen de la iglesia ni lo miran, alguno se compadece y deja caer una moneda en la gorra que el hombre coloca a sus pies, cada domingo por la mañana.
Mejor así, que crean que es un mendigo y que sobrevive gracias a la caridad cristiana. El cura párroco, el único que a veces lo saluda, sabe decirle que los caminos de Dios son misteriosos. Él ya lo sabe, pero deja que el cura crea que lo supo antes, para eso es cura.
Para que suceda tienen que darse algunas condiciones. Que haya mucha melancolía en el aire, por ejemplo, que llueva despacio, como ahora, y que el viento siembre la lluvia con manos de labriego, hacia el noreste de la ciudad. Hoy, por ejemplo, este domingo, pero quién sabe, hay que esperar a que terminen las misas.
Por fin sucede, cuando acabó la misa de doce y el cura cierra los portones: a comer, mendigo, que tus buenos pesos habrás juntado, le dice el párroco que, entre paréntesis, nunca lo invitó a compartir su almuerzo, como dicen que en cambio hacía Jesús.
Ella llega entonces, tan joven, el tiempo no la ha rozado. Se sienta junto a él, le pregunta cómo ha estado, bien, ¿y vos? Esperando este domingo, responde ella y se acomoda junto a él, apoya la cabeza en su hombro, esperando a que pase la tormenta. No hay a dónde ir, cuando arrecia la melancolía.
Desde el bar frente a la parroquia lo ven, como tantos otros domingos. ¿Qué hace ese mendigo en los portones de la iglesia?, pregunta un cliente al mozo que le trae un café: si están cerrados.
El mozo, que de tanto verlo también la ve, se encoge de hombros y dice que nada, pobre tipo, quién sabe la historia que lleva a cuestas, debe estar esperando a un ángel.
El cliente sonríe de mala gana, mira al mozo con desconfianza, apura el café y se va, sin dejar propina. El mozo aprovecha que el bar ha quedado vacío para pararse en la puerta, encender un cigarrillo y saludarlos con la mano en alto.
Desde los portones de la parroquia le responden los dos, efusivos, agitando sus brazos, como si recién llegaran o se despidieran para siempre.