jueves, marzo 12, 2009

ADOLESCER



Hace frío, esta mañana, aunque no demasiado, ya la primavera se anuncia en el jardín de casa.
Estoy tranquilo, sereno, casi feliz de que haya llegado, por fin, el día.
Tal vez, cuando acabe mi faena, muchos se preguntarán por qué, desempolvarán diagnósticos siquiátricos, tratarán de aislarme como a un virus dañino, a un mal ejemplo, a lo incomprensible. Pero mis padres dirán que era un chico normal, mis maestros no podrán negar mi contracción al estudio.
Me siento bien en mi uniforme de combate, las armas están cargadas y listas, pronto entraré en acción.
Tengo a mi favor la sorpresa, el armamento, los largos meses de mi solitario entrenamiento en los campos minados de la internet. El mundo está desintegrándose, los que hablan del futuro mienten o son imbéciles.
Soy la noche, el temporal, el juicio, la última página que, cumplida la faena, arrancaré con mis propias manos.
Berlín. El adolescente alemán que asesinó a nueve estudiantes y tres maestras de una escuela secundaria de la localidad de Winnenden siguió su camino de furia durante 40 kilómetros y en el trayecto mató a tres personas más antes de suicidarse en un supermercado de la vecina ciudad de Wendlinger.


2 comentarios:

  1. Tremenda historia. Da pánico. Aquí siguen esos crímenes pasionales, pero esa frialdad... no sé. Muchas cosas rotas debe haber ahí dentro

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  2. Aquí también ha sucedido, en una escuela del interior del país. Y cada tanto hay agresiones entre los críos y hasta puntazos y balazos. Supongo que intentar una aproximación al tema no es cuestión de cuatro líneas.

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