sábado, marzo 14, 2009

SÁBADO


Tu hija adolescente duerme, es sábado. Almorzarán, tu compañero y vos, solos. Sus hijos -tres- y la tuya -una- duermen. Como vampiros que rechazan la luz del sol. Esta tarde, tarde, empezarán a despertar. Somnolientos, reclamarán alimento y atención a sus demandas financieras para esta noche de sábado. No dirán buen día -porque será ya casi de noche y porque no acostumbran decir buen día-, ni se interesarán por tu compañero y vos. Dirán, a lo sumo, ¿por qué esa cara de culo, ma -o pa-?
Pero ahora duermen. Ni se enteran -ni quieren saberlo- de lo que pasa afuera. Importa la alta noche, la madrugada que aturde, el amanecer que encontrará a más de uno en las guardias de los hospitales públicos.
Tu compañero y vos comerán en silencio, solos. Tan solos como antes, cuando no era sábado.

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