martes, febrero 19, 2013

MUTACIÓN


Los escarabajos no son de mirarse mucho al espejo. Tampoco lo era el protagonista de esta breve ficción de casi medianoche.
Avanzaba torpemente sobre el sucio piso de la pensión en las afueras de Praga, cuando se vio.
No supo en ése, su inaugural alarido de espanto, que en adelante sería hombre y lo llamarían Gregor Samsa.

martes, febrero 12, 2013

FIN DE CORSO


Después del paso de las carrozas, los tragafuegos, saltimbanquis y bufones travestidos, el hombre solo que se había refugiado en el humo de su pasado apartó de un manotazo las últimas nieblas.
Miró una vez desde su ventana la calle ya vacía y sucia, una ráfaga de viento desnudó las pleitesías de ésa, su última noche, arrancándole con su garra helada el vestido inútilmente blanco con que se había disfrazado de su primera novia.
Se baleó la cabeza un par de veces, como a quien le cuesta convencerse.

miércoles, febrero 06, 2013

ERAS VOS


Escribís como quien alguna vez jugó a cortarse las venas y ya no pudo parar la hemorragia. Como el que juega ruleta rusa creyendo que el tambor del revólver está vacío. Escribís porque pensaste que era fácil: buscar las palabras que creías necesarias, hilarlas, probártelas.
Y quisiste ver cómo lucían y te paraste frente al espejo.
Y ese espejo no te reflejó. Había otro donde debías estar vos. Y otro. Y muchos más.
Te costó entender que sin embargo eras vos.
Tanto como te cuesta aceptar que la sangre perdida era tuya y que sólo escribiendo no acabarás vaciándote.

viernes, febrero 01, 2013

PENUMBRA


Hacé callar a ese crío, Raquel, o le tapo la boca con la bolsa de la basura o lo ahogo en la pileta del patio y a vos te enfrío de un puntazo, hacelo callar que no me deja dormir y si no duermo me pongo mal, muy mal, estoy harto de sus berridos y de tu llanto, si yo no saliera de noche ustedes no comerían y me parece que eso voy a hacer, me voy a quedar tirado en la cama mirando cómo ustedes dejan de comer, se van callando, apagando, volviéndose penumbra mientras yo miro la tele porque con ustedes dos ni eso puedo, mirar tranquilo en la tele las jugadas grandiosas de Messi, los saques de Nalbandián, no haber jugado yo al fóbal o al tenis, aunque cuando yo era pibe el tenis era de maricones, ahora no, ahora te hacés millonario con esas pelotitas tan chiquitas dándole a la raqueta, hacé callar a ese crío y dejá de llorar, Raquel, déjenme dormir ahora que si yo no salgo de noche a matar nadie come en esta casa, se callan, se apagan y acaban volviéndose penumbra.