jueves, marzo 19, 2009

QUÉ SIENTEN ELLOS


Quisiera tener veinte, treinta pirulos. Vos dirás, qué piola, quién no. Pero no es eso. Claro que estaría bueno levantarse minas y creer que el mundo está en nuestras manos para cambiarlo. Pero no pretendo lo imposible, ni un botox filosófico, ni una cirugía para que me implanten esperanzas de siliconas.
Quisiera ser pendejo por un rato, unas horas, o a lo mejor alcanzaría con segundos: ver, sentir. Cómo reacciona el cuerpo -y la mente, buhardilla de ese cuerpo- ante lo que está sucediendo en la Argentina. Ante tanta frustración, tanta mala leche, tanta soberbia por parte de los poderosos, los que siempre ganan.
Qué siente hoy uno de 25, por poner un promedio. De qué le vienen ganas cuando mira a su alrededor: de agarrar un fusil, de embotarse con éxtasis o coca, de hacerse monje, de embocarle a un camión manejando un auto a ciento cincuenta, de irse, de quedarse, de sumarse a algún partido político o calzarse un brazalete nazi, de viajar a Malvinas a mirar las tumbas de los que en 1982 eran todavía menores -tenían 18- y los enviaron a morir.
El poder, que es eterno y sólo renueva sus máscaras, ya le está buscando sucesores al gobierno actual y hasta tienen gabinetes y planes económicos alternativos.
Y yo, que a mis 62 tengo ganas de volver por un rato a los 25. ¿Sería como desembarcar en Plutón, caería frito ahí mismo por falta de oxígeno y deshecho por una lluvia radiactiva? No sé, nunca sabré si cuando sos joven podés hacer lo que antes, cuando fuiste jovato, no pudiste.

2 comentarios:

  1. Flaco si tubieramos 25 con el bocho de nuestros 60 seriamos unos Monstruos.
    Abrazos Rodolfo.

    ResponderEliminar
  2. Día de bajón, pero ya pasó: vuelvo a mis sesenta y dos.
    Abrazo.

    ResponderEliminar