lunes, diciembre 20, 2010

ARGENTINA II

Hace nueve años, treinta personas pagaron con sus vidas haber salido a las calles de la Argentina, a manifestarse contra un experimento socio-económico que había comenzado en 1975, con el primer ajuste salvaje -practicado por un gobierno peronista cuando acababa de morir Perón- y continuado con saña por la dictadura militar. El primer gobierno de la recuperada democracia -el de Raúl Alfonsín- trastabilló en sus intentos de salir del fangal, en medio de una crisis generalizada en la América latina -provocada por la deuda que reclamaban impiadosamente los organismos financieros internacionales que habían contribuido a generarla, y acosado por las intentonas neogolpistas de los "carapintadas", facciones del ejército que no se resignaban al ostracismo ni a que sus jefes hubieran sido juzgados y condenados, en juicios ejemplares para el mundo.

La debilidad y contradicciones del gobierno de Raúl Alfonsín desembocaron en la hiperinflación de 1989, que obligó a entregar anticipadamente el poder a su sucesor, Carlos Menem, quien triunfó prometiendo "revolución productiva y salariazo" para aplicar luego la política neoconservadora más nefasta de la que se tenga memoria.

La enorme corrupción de ese gobierno no le impidió gobernar durante diez años -reforma constitucional mediante- y entregar el poder, en 1999, a Fernando De la Rúa, titular de una "Alianza" que siguió aplicando ajustes y sosteniendo una paridad peso-dólar que mucho recuerda, por su condición de artilugio monetario contra natura, a la imposición del euro en la llamada "Europa comunitaria".

Hace nueve años, treinta personas murieron bajo las balas policiales y de franco tiradores paramilitares, en una alevosa demostración de que nada había cambiado demasiado, pese al repliegue militar y los juicios, luego anulados por la ley de aministía que sancionó el gobierno menemista.

El ajuste implacable, el recorte de salarios y hasta de jubilaciones, y la promesa de su agudización por mandatos del FMI, Banco Mundial y cómplices, encendió la mecha de una rebelión que, con la captura de los depósitos de la clase media por parte de grandes bancos -meras sucursales de la banca internacional, la mayoría de ellos-, acabó con la paciencia y los buenos modales de una clase que despertó del sueño de vivir en un país rico, a la dura realidad de una Argentina saqueada por sus clases dominantes -que habían puesto antes, ellos sí, a buen resguardo sus dineros.

El experimento fracasó. Antes, habían muerto muchos más que treinta en ese desdichado 20 de diciembre de 2001.

Los pueblos escriben una historia que a menudo, y no por ingenuidad, omiten los manuales del buen inversor, los libros sagrados del capitalismo.

2 comentarios:

  1. Guillermo: Perdón por abordarlo desde esta viñeta (instancia que conlleva comentar algo al respecto, cosa que, le comento, no habré de hacer) pero el caso es que llevo buscando su libro "Nadie ama a un policía" desde hace muchísimo y... nada. Y eso me tiene loco. Así que, primero decirle que es un escritor del carajo y segundo, ¿algún consejo para dar con una copia?
    Cordiales saludos y gracias de antemano,
    Diego García (dehachege@gmail.com)
    PD: Ya la vez pasada le dejé un mensaje en el blog de Cristina Mucci. Espero ahora tener suerte.

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  2. Amigo Diego, disculpe si no he respondido a su pedido, no recuerdo haberlo recibido, aunque eso, "a mi edad", no es extraño. Lamentablemente esa novela no ha sido distribuida en la Argentina, aunque tengo entendido que hay copias en la distribuidora, Urano. No tengo a mano la dirección pero puede encontrarla fácilmente, ya que se trata de una distribuidora muy grande -es la que distribuye "El Código Da Vinci". No tengo ejemplares en mi poder, como para poder acercarle alguno. Le agradezco su interés y sus conceptos, un abrazo.
    Mi correo es
    guillermo.orsi@yahoo.es

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