martes, diciembre 07, 2010

NADIE OYÓ GRITAR A NORA DALMASSO

Río Cuarto, la segunda ciudad de la provincia de Córdoba, está emplazada a doscientos kilómetros de la capital y su población total ronda los ciento cincuenta mil habitantes.

El domingo 26 de noviembre de 2006, Nora Dalmasso de Macarrón fue hallada muerta en su elegante casa de Villa Golf, un country de Río Cuarto. Estrangulada, para más datos. Su esposo, Marcelo Macarrón, estaba esa noche en Punta del Este, Uruguay.

El caso de “Norita” alimentó durante semanas a los chacales de la prensa. Se tejieron toda clase de hipótesis, se arrestó a un pintor de paredes que luego fue liberado, se acusó al hijo de Norita como a un matricida guiado por una relación edípica que se habría vuelto intolerable, se enviaron a los Estados Unidos muestras del semen hallado en el lugar del crimen. ¿Por qué a los Estados Unidos? Nunca se supo. Tampoco se supo nunca si hubo algún informe “científico” sobre las muestras.

Imputado en la causa, el hijo de Norita quedó en libertad y la muerte de su madre, como era previsible, sigue impune.

Se habló de encumbrados personajes de la política y del mundillo empresarial que habrían exigido, y logrado, “cobertura”.

Nora Dalmasso tenía 51 años cuando le quitaron la vida, en una noche que algunos definieron como “lujuriosa”.

Sexo y muerte, pecado y castigo. A la víctima, claro, porque el asesino todavía anda suelto.

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