martes, noviembre 09, 2010

EL PERÓN QUE NO FUE

Ha muerto Emilio Eduardo Massera. Se suceden ya las declaraciones de repudio a la figura más sanguinaria de la historia reciente de la Argentina. Pero Massera fue, además de lo que fue, el personaje más notorio de una trama en la que ni siquiera él, con el enorme poder que concentró, alcanzó el protagonismo que ambicionaba.

Ni siquiera alcanzó la estatura de un “fürer” criollo. A diferencia del original alemán, debió compartir el poder en un triunvirato de asesinos seriales que se disputaron la figuración en los créditos del autodenominado “Proceso de Reorganización Nacional”. Fundó un partido, el de una llamada “Democracia Social”, con el que se propuso capitalizar la orfandad peronista; fundó un diario, “Convicción”, a cuyo cargo puso al periodista Hugo Lezama. Mandó a torturar, matar y esclavizar a miles de argentinos, en un campo de concentración de jurisdicción exclusiva, la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).

La aventura militar de Malvinas bajó el telón a sus pretensiones de sucederse a sí mismo bajo una fachada democrática, alternativa a la que también jugaron, desde otro sector de la misma cancha, varios de quienes hoy acusan a nuestra digna democracia de coquetear con el fascismo.

Periodistas del “star system” mediático manifiestan sin pudor alguno su hartazgo por “oír hablar de la dictadura”. Ricardo Alfonsín –que no es Raúl, aunque use sus trajes- dice que “toda muerte le duele”. Tal vez le duela también entonces la del chacal Massera y tal vez los periodistas celebrities se sigan hartando de la dictadura. Y último tal vez –en plan conjetural o contrafáctico de la historia reciente-, Hugo Lezama les habría reservado, para sus columnas y declaraciones, la primera plana de “Convicción”, matutino impreso con bobinas vendidas a precio vil por Papel Prensa.

1 comentario:

  1. Un dictador no se redime suicidándose. Pero algo es algo.
    Benedetti.

    Lástima que este tipo viviera demasiado.
    No toda muerte duele.
    Un saludo.

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