domingo, noviembre 07, 2010

A CONFESARSE, LOS QUE VAN A MISA

Te despiertan sirenas en la madrugada. Disparos, a veces gritos. Más disparos. No vivís en un barrio "marginal" sino en plena ciudad. Por la mañana, todo luce normal. De vez en cuando, ves pasar camionetas con tipos armados con fusiles: pueden o no ser soldados o policías. Apuntan los fusiles a todo el que los mire. Una calle cerrada, ¿qué pasa?, preguntarías pero no preguntás. Milicos por todos lados. Seguís andando. Podría haber sido tu calle. Podrías haber sido vos el que sacaron a empujones de un edificio. O a la rastra sobre un reguero de sangre. Por la noche mirás televisión: series yanquis, noticieros en los que un presidente de uniforme le ladra órdenes al pueblo. Que no se llama pueblo sino "ciudadanos". Una mañana, desayunando, te enterás de que las Malvinas son nuestras, ya estamos en ellas. Dos meses más tarde, que vuelven a ser Falkland y hay un montón de colimbas muertos.
Hoy, cuando la pesadilla ha quedado tan atrás que sólo la recordamos los más viejos, sigue habiendo quienes descalifican a la democracia. Feliz domingo y a confesarse, los que van a misa.

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