miércoles, febrero 09, 2011

LA HORA DEL LOBO

El miedo y la apatía son tal vez dos de las más efectivas armas de control social que poseen –y de las que se valen a diario- los poderosos de cualquier sociedad.

Para inocular el miedo cuentan con el apoyo desaforado de los medios de (in)comunicación masiva, que repiquetean a toda hora sobre los riesgos de salir a la calle, de entrar, de transitar, de vivir de noche y también de día.

La apatía se instala fomentando la duda sobre la integridad de las personas que intervienen en política, tanto en el gobierno de turno como en sus probables sucesores u opositores. Al ser todos iguales, nadie es diferente –dijo Perogrullo. En el país de los ciegos y de los tuertos, no hay reyes, sólo ovejas en el rebaño.

Con miedo y apatía ya nadie discute sobre el poder y sus consecuencias. No vale la pena porque no hay alternativas, son todos iguales, que se vayan todos.

Pero no se van todos, están siempre ahí, vigilando que el rebaño no se desmadre.

Nuestro pastor es el lobo. Y se relame.

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