viernes, febrero 18, 2011

ESTRATEGIAS

La fragmentación es parte de la estrategia de dominación. Sembrar la desconfianza o, en su defecto, la indiferencia hacia el otro, el diferente, el que vive lejos de nuestra tierra y de nuestras creencias.

Atizar el fuego egocéntrico, convencernos de que nuestra sociedad, con todas sus taras y sus terribles injusticias, es mejor que la de ellos, la de los otros.

Y si es posible, que aplaudamos la decisión de acabar lenta o radicalmente con los otros, o de aislarlos, de apagar sus voces, de distorsionar sus mensajes, de bloquear sus idiomas y lograr por fin que sus gritos de liberación y pena suenen como aullidos de lobos salvajes.

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