martes, mayo 26, 2009

CUATRO MUELAS


Ricardo Barreda es un caso emblemático de killer doméstico. Cuatro muelas le hacían la vida insoportable y decidió, él mismo, arrancárselas. En un domingo de furia se cargó a la mujer, las dos hijas y la suegra, a escopetazos. Después se fue a ver a su amante y comieron pastas.
Como éste es un blog también de género negro, el personaje está a disposición de los trumancapotes del ciberespacio o los desenterradores de cadáveres que se reúnen en Gijón, allá por julio. No sé si da para mucho, depende del talento del escriba, pero para documentarse pueden encontrarlo en su departamento del barrio porteño de Belgrano, en el que cumple lo que eufemísticamente llamamos prisión domiciliaria, aunque se lo suele ver por la rotisería o comprando fasos en el kiosco de la esquina.
Mientras estuvo en cana fue ídolo de los sopres, seguramente estaba más a gusto que ahora, conviviendo con un bichofeo que le hace de novia y le cocina.
Advertencia a los plumíferos de la portátil: a diferencia de otros asesinos notorios, Barreda no quiere escribir un libro con su módica hazaña sino que le permitan reabrir su consultorio de dentista.

4 comentarios:

  1. Crease o no, en su casa de La Plata donde tenia consultorio y vivienda todavia hay grafitis que lo tratan de idolo.
    R. elplatense.

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  2. ¿Seguro que no quiere un libro? Porque yo me apunto... Y así de paso me doy un paseíto por esas tierras, que ya me toca.
    C.

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  3. Si se lo ofrecés vos, capaz que agarra viaje. ¿Nole tenés miedo al dentista?
    Espero que vengan pronto, estamos muy solos acá abajo. ¿Sabés si viene tu broli a la Argentina?

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  4. Creo que no, mi broli está quietito, pero si me mandas tu dirección, te envío uno.
    C.

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