jueves, enero 22, 2009

VILLA MISERIA TAMBIÉN ES AMÉRICA

La arremetida del gobierno porteño contra los "edificios mal construidos" de la Villa 31, en Retiro, tornan actual la lectura de "Villa Miseria también es América", de Bernardo Verbitsky, periodista y escritor, padre de Horacio, el polémico investigador de los negociados del menemismo y las andanzas de torturadores y genocidas.
La novela transcurre en una villa miseria de Buenos Aires durante los meses previos y los posteriores a la caída del peronismo (1954/55) e instala el neorrealismo rioplatense con un rigor notable, anticipándose o sentando las bases para que otros escritores avanzaran sobre una realidad, la de los inmigrantes internos o bolivianos y peruanos que llegaban ya a la gigantesca Buenos Aires, corridos por el hambre y la represión política.
Volvió a editarse en 2003, por Sudamericana. Vale la pena buscarla y leerla sin urgencias, no "de una sentada" sino reflexionando al final de cada capítulo.
Recuerdo uno, especialmente. Una familia de campesinos del interior acaba de instalarse por la noche en la villa miseria. Temprano, en la mañana, el más chico de los pibes se despierta y, ansioso, se asoma al exterior, observa la abigarrada geografía de techos de chapa, los estrechos senderos de tierra que separan la hilera de ranchos a cada lado y dice: ¿Y esto es Buenos Aires?

2 comentarios:

  1. Excelente novela. Tuve la suerte, casi de casualidad, de encontrarla en la biblioteca de mi madre y la semana pasada, aprovechando mis vacaciones, me lleve el libro para leerlo.
    Fue algo que me impactó y sobre todo me dolió mucho al ver la fecha en que se publicó esta novela. Han pasado mas de 50 años desde la aparición y el paisaje que pinta con sus palabras Verbitsky, no ha cambiado en nada, es más ha empeorado y se han aumentado los numeros de familias que viven en la mas absoluta miseria. Es terrible, pero creo que es necesaria la lectura de esta novela. Sobre todo en estos tiempos "pro" pro-miseria, pro-hambre

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  2. Es así, Mauro. Es un clásico, la novela, con su estilo sencillo, de crónica, más contundente que tanto alegato vocinglero. Verbitsky era un periodista de raza. Y un buen escritor.
    Lástima que su novela tenga tanta vigencia, ¿no?

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