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CEO
De pocas palabras, el tipo. No por lacónico sino por burro. Que sus sufridos padres lo enviaran a la escuela le sirvió nada más que para iniciarse en el tráfico de influencias. Terminó séptimo grado con treinta y cuatro clientes/consumidores de fierro -tres maestras y treinta y un alumnos. Ingresó en la secundaria sobornando funcionarios del Ministerio y se graduó en la universidad a fuerza de amenazas, muchas de ellas cumplidas. Hoy es CEO de una multinacional mediática y tiene más poder que la mayoría de los inútiles que gobiernan la América latina. Pero sigue hablando poco y siempre por burro.
Guillermo, ¿estamos hablando del caso que todos suponemos? Parece salido de una novela.
ResponderEliminarUn saludo,
Alejandro.
Alegorías de una realidad que nos supera, Alejandro.
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