lunes, mayo 10, 2010

¡QUÉ CANSANCIO!

Qué les pasa a los escritores que van por el mundo dándoselas de estatuas parlanchinas, hablando de ellos mismos todo el tiempo, de lo mucho que les ha costado escribir el último libro, de los importantísimos premios ganados, de las veces en las que fueron finalistas de otros grandes premios o de las que como jurados les bajaron el pulgar a tanta hojarasca pretenciosa, che.
¿Quiénes son, de dónde vienen? Se suben al carro equivocado, me parece, o el equivocado soy yo y tantos otros que estamos podridos de verlos montados en la calesita de las ferias y las Eñes y Babelias.
Leo por ejemplo a Javier Marías jactándose de que él "crea su propio público". O al colombiano Fernando Vallejo que la emprende contra la iglesia -que ya está para el sopapo de cualquier pelafustán-, pero también... ¡contra Cortázar! Y lo hace sin haber aprendido siquiera a escribir, no aprendiste, Vallejo, te la creíste porque te la cuentan, porque vendés libros con tus cansadores berrinches efectistas. Disfrutá de la guita sin joderlo al Maestro, no te hagás el piola, que no lo sos. Y Javi Marías, lo que creás es un público que se duerme sin necesidad del rohipnol.
¡Qué cansancio, compañero!

4 comentarios:

  1. Vaya, compañero, qué carácter.

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  2. Es que no atino a crear mi propio público.

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  3. Pegue Flaco pegue, Hay gente que cree solo escribir Best seller y escriben para Bestias seller.
    Non calentarun largus vivirun.
    Saludos de R. Comando colibrise.

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  4. Parece que inventaron la pólvora, estos cosos, y no nos avivamos, tan giles somos. Abrazazo comechingón, don R.

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