¿Dónde está el Hombre Nuevo? En 1989 se cayó el Muro. En Argentina hubo hiperinflación y ganó el Innombrable. Diez años diez de liquidación: la clase media ganaba en dólares, todos a Miami: deme dos. Mientras tanto, indulto, terroristas de estado a sus casas. En 1999 ganó la Alianza, siguió las recetas del FMI y en dos años se la estaban pirando en helicóptero, con más de treinta muertos en las calles. Fin del euro -quiero decir, del peso igual a un dólar, y minga de pagar deudas que el pueblo nunca contrajo. Desde entonces, crecimos. Juicio y castigo a los genocidas. Sigue habiendo pobres, pero al menos ligan algo, y hay más trabajo, y no hay más euro criollo, ni compromisos con el FMI, y Obama la mira de afuera, aunque su secretaria de estado aplauda el miserable golpe en Honduras.
Se creó el UNASUR, una cofradía de presidentes -algunos de ellos, de los que "El País" y "La Nación" descalifican y ridiculizan- que impidió el golpe en Bolivia, cuando los blanquitos quisieron sacarse de encima al que recomienda no comer pollo. No se pudo evitar que yanquilandia establezca su disneyworl bélico en Colombia, pero se lo intentó explícitamente, lo que no es poco. Cristina Kirchner se la jugó por Zelaya, después Lula lo protegió en la embajada brasileña en Honduras: no se pudo contra el Gran Imperio, pero se dio batalla.
Así estamos, en América latina. Ganó Piñera en Chile y vino el terremoto. Tal vez gane la derecha en Brasil, lo que sería una grave derrota para esta desigual lucha por la unidad del continente. Pero la historia no es la misma, no se repite, se pierde y a veces se gana, y siempre se avanza aunque parezca que se retrocede.
El Hombre Nuevo, ¿te acordás? Creímos ser nosotros, pero no fue para tanto, nos hicieron de goma. Hoy los pueblos originarios -los indios, los despojados de sus tierras- se movilizan desde toda la Argentina para marchar sobre Buenos Aires: son tiempos de Bicentenario, oíd mortales o juremos con gloria morir.
Qué empecinamiento, qué milenario coraje para volver sobre los pasos de la historia.
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