Ni Evo Morales ni el ex obispo Lugo, actual presidente de Paraguay, son invitados frecuentes a las páginas de la prensa internacional "seria". A menos que uno de ellos declare una huelga de hambre y el otro admita ser el padre de una criatura de dos años. De sus empecinadas luchas por ofrecer a los pueblos que representan una oportunidad de alcanzar cierta dignidad, ni palabra. Pero qué pintorescos, qué extravagantes, qué ridículos mandatarios del tercer mundo. Mirá que ponerse un presidente a hacer huelga de hambre, o tener de primer mandatario a un ex cura casi pedófilo.
Así son los de allá arriba, che: condescendientes, ligeramente piadosos con los que se creen jefes de estado pero no dejan de ser mayordomos y capataces de sus colonias. Hasta podrían resultarles simpáticos si de vez en cuando no les diera por nacionalizar, estatizar, recuperar.
Compañero, todo lo dice usted.
ResponderEliminarPero está bien, déjeme sentirme mal por una rato, primermundistajaputa:
Hay que ver lo extravagante que es este Morales, ahí tumbado, joder!, que por lo menos podía haberle puesto unas paticas al colchón y unos zapatos al compañero...
C.
PD. Lo del cura-padre aquí no sorprende. Sólo faltaba que, habiendo llegado a obispo, ni un hijo tuviera.
La "culpa" no es suya, no se autoflagele como el Evo. Cuando usted nació -hace poquito-, ya el desastre estaba en marcha.
ResponderEliminarDisfrute de esa presentación, los de acá estaremos junto a usted allá.
G.