lunes, abril 20, 2009

COMO LUCHANDO TODAVÍA








El box ha dado tema para mucha ficción, sobre todo en cine, un poco menos en la literatura. El combate a golpes de puño enguantado supo convocar multitudes en el Luna Park, mientras miles de aficionados seguían las peleas por radio.
Es muy conocido el relato de Cortázar, "Torito", sobre la agonía de un boxeador que pudo ser Luis Ángel Firpo, inolvidable para quienes lo leyeron tanto como para quienes lo escucharon luego en la voz de su autor.
Poco recordado, aunque igual de contundente, es el cuento de Lubrano Zas sobre el "Mono" Gatica. No recuerdo cómo se llamaba, tampoco pude ubicarlo en los omnibuscadores de internet, tal vez porque su autor murió hace mucho, era de otra época, tampoco sé si el cuento fue editado en libro o lo leí en "El escarabajo de oro" o en "Hoy en la cultura", revistas que en los ´60 colgaban de los kioscos de la calle Corrientes como racimos de inteligencia y compromiso estético y político.
Si el relato de Cortázar está narrado en primera persona, el de Lubrano Zas se valía de la segunda, plantando al autor en una complicidad dolorosa con un campeón degradado por las reglas crueles del negocio y por la no menos impiadosa venganza política del gorilaje antiperonista. Porque el "Mono" era peronista, muy peronista, demasiado para un tiempo de intolerancia. Su vida está contada en cine con toda la belleza de que es capaz Leonardo Favio, otro muy peronista.
Pero cito aquí a Gatica porque nunca olvidé el cierre de aquel conmovedor relato de Lubrano Zas sobre su gloria y decadencia.
Gatica murió pretendiendo treparse a un colectivo en movimiento, aunque ya su vida se entremezclaba peligrosamente con sus recuerdos: intentando asirse a la puerta, trastabilló y cayó bajo las ruedas del bondi. Manoteó el aire como en tantas peleas intentó agarrar al adversario para aliviar y responder al castigo:
Como luchando, todavía, Mono. Como luchando.
Dijo, escribió Lubrano Zas, a modo de epílogo para la historia de un campeón.

2 comentarios:

  1. Flaco si el aleman no me engaña, era Avellaneda y el Mono vendia muñequitos en ei bondi.
    Ojo, Si es un chino que sea el de Bonanza que cocinaba y no se hacia el Cheff.. Che Kalamuchita decile al de los vaqueros -Noespiquinglis- y en una de esas vuelve a SpamcitY. Salud. R.

    ResponderEliminar
  2. Corregido.
    Un chino no molesta, el problema es que son mil millones.

    ResponderEliminar