Con pretensiones de que acá nos encontremos para opinar, hablar de brolis y de naifas, arreglar el mundo -que falta le hace-, confirmar que somos inmortales.
Te voy a dar un poco de envidia hoy: Argemí ha comprado olivas marroquíes y carne a los moritos de abajo. Yo estoy preparando el patio para comérnoslo todo, el patio que huele a jazmín, mientras un par de colegas le dan a la tecla acabando unos artículos, aquí, en el salón de casa que hemos convertido en trinchera. Preveo que mi pavorosa resaca será dulce melopea al sol en una horita. Y qué buenas las olivas.
Voy ya a por una colita de cuadril y un par de chorizos de cerdo, que en la parrilla se rinden y se ofrecen luego, crocantes, con la colita de cuadril abierta a cualquier juego mandibular y desatino gástrico, todo regado con un cabernet sauvignon no muy caro pero tampoco de tetra brick, bajo un sol primaveral de otoño y rodeados de colibrises, como dice el argemí del mondongo. Pero salud por las olivas y a gozar.
Nacido en Buenos Aires, en 1946. Libros publicados: "El vagón de los locos", Emecé (premio Emecé), "Cuerpo de mujer", "Tripulantes de un viejo bolero", "Sueños de perro" (premio Umbriel/Semana Negra 2004), "Buscadores de oro", "Nadie ama a un policía" (premio Carmona de novela negra).
"Noches de Pelayo", cuento, segundo premio UNED.
"Ciudad santa", premio Hammet 2010, Semana Negra de Gijón.
"Segunda vida", novela, 2011.
"Fantasmas del desierto", novela, 2014.
"El árbol del Vaticano", novela, 2014.
Te voy a dar un poco de envidia hoy:
ResponderEliminarArgemí ha comprado olivas marroquíes y carne a los moritos de abajo. Yo estoy preparando el patio para comérnoslo todo, el patio que huele a jazmín, mientras un par de colegas le dan a la tecla acabando unos artículos, aquí, en el salón de casa que hemos convertido en trinchera.
Preveo que mi pavorosa resaca será dulce melopea al sol en una horita.
Y qué buenas las olivas.
Voy ya a por una colita de cuadril y un par de chorizos de cerdo, que en la parrilla se rinden y se ofrecen luego, crocantes, con la colita de cuadril abierta a cualquier juego mandibular y desatino gástrico, todo regado con un cabernet sauvignon no muy caro pero tampoco de tetra brick, bajo un sol primaveral de otoño y rodeados de colibrises, como dice el argemí del mondongo.
ResponderEliminarPero salud por las olivas y a gozar.
Pongan un pan mas y voy.
ResponderEliminarRodolfo.