¿Qué más puede pedir un porteño que estar en París? Aguantadero de Gardel y de Cortázar, veredas del Tata Cedrón, callecitas donde algún amigo creyó encontrar el paraíso después de haber huido del infierno -y no se equivocó demasiado. Ya sé, cualquier tarambana publica hoy en Francia, en Italia, en Alemania o en Groenlandia, me chupa, no me calienta que me confundan o sea uno de ellos. Pero París: yo adivino el parpadeo de tus luces que a lo lejos.
Aclaración de aclaraciones: no estoy en París, mecachendié, y lo lamento. Mi novela es que parió, dio a luz en la ciudad luz. Sigo acá a la vuelta, al pie del cerro, con mi perro.
ResponderEliminarEs una lástima porque, de no haberlo aclarado, todos pensábamos que estaría paseando por Montparnase. En fin, en otra ocasión...De momento, los franchutes que se conformen con su novela, y que la disfruten tanto como lo hice yo.
ResponderEliminarUn saludo, Maestro.
¿No iba a llamarse allí "Pas de tango pour un flic? Creo recordar que algo de eso comentaste. Me alegro de que no haya sido así. Mucha suerte.
ResponderEliminarBueno, bueno, nada de que cualquiera puede. Sólo algunos elegidos, compañero.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Eso sí, las pantorrillas de la chati, un poco espesas, ¿no?
Gracias por los cumplidos. Las macetongas, ¿serán franchutas?
ResponderEliminarLo'Pario dijo elrrope.
ResponderEliminarCuentan que en Paris Monzon le dijo a Lecture, Que el champam no sea nacional.
Salutte Frate!
R. EldelrriobA.