miércoles, mayo 16, 2012

LA BIBLIOTECA DE PINAMAR


Pinamar es el balneario ícono para cierta clase media con pretensiones de bacana que todos los veranos convierte a esa bella ciudad en un muestrario de vulgaridad exhibicionista.
Pero antes y después de las invasiones bárbaras, Pinamar es una isla cultural. Y no lo es por generación espontánea…
Laura Massolo, Lucio Iudicello, Fernando López y yo fuimos invitados a compartir un rato con la gente de la Biblioteca de Pinamar. La excusa -hablar de literatura, de género negro- parecía “más de lo mismo”.
Apenas iniciado el encuentro, sin embargo, se dispararon temas tan apasionantes como la difusión de la cultura, los incentivos para la lectura –o la falta de ellos- en las escuelas, el apoyo que desde el Estado se brinda a las bibliotecas populares, la participación de las respectivas comunidades, la política –sí, la política-, los medios dominantes, la celebridad por encargo, el arribismo y el ninguneo.
Mientras en los medios de comunicación no existen otros temas que el dólar, los subtes de Macri y el derrumbe inminente del odiado (por los medios y sus cómplices) “populismo”, en la biblioteca de Pinamar pudimos discutir sin prejuicios sobre la importancia de apoyar desde el Estado y trabajar desde el llano para que la Argentina vuelva a ser lo que fue y, si podemos, más: una nación de amplia movilidad social, sin excluidos, sin esa marginalidad de cuyas historias a veces nos nutrimos los autores de novela negra pero que muestra el lado siniestro de sociedades construidas a la sombra de impenitentes proyectos oligárquicos.
Qué poco sabemos de gente, de tanta gente, de millones que trabajan incansablemente para que la cultura deje de ser una isla de náufragos para convertirse en savia nutriente, en proyecto social, en realidad compartida por todos.
Mi agradecimiento a la Biblioteca de Pinamar, por la hospitalidad y el afecto, y mi admiración por el trabajo que realizan desde hace más de cuarenta años.

miércoles, mayo 02, 2012

PAÍSES SERIOS

Hace hoy 30 años, un torpedo de un submarino inglés hundía al crucero "General Belgrano", buque de guerra argentino que navegaba fuera del área de exclusión y se dirigía a puerto en el territorio continental.
324 soldados murieron en ese ataque.
Margaret Thatcher, primera ministro de la Gran Bretaña, ordenó personalmente el ataque. Thatcher ya había ordenado otro ataque, esta vez a los mineros ingleses en huelga, no con torpedos sino con telegramas de despidos, provocando miles de "bajas" laborales. Fue la misma gobernante quien, ya retirada, tomó el five o´clock tea con Augusto Pinochet Ugarte, ex dictador de Chile, para agradecerle cálidamente el apoyo del país que por entonces sojuzgaba, en el conflicto por Malvinas.
Los países serios son cosa seria. Basta con revisar sus antecedentes... perdón, su historia.

miércoles, abril 25, 2012

JUEGO DE SOMBRAS


Escribir es parte del juego de sombras chinas.
Las manos, quietas frente a la fuente de luz, proyectan lo que alguien que no existe instala sobre la tierra.
Y uno se pregunta cómo, desde la nada, llegan estas imágenes, estos discursos con sus emboscadas y falsos desenlaces.
El tipo que te habla y a cuya voz le das forma, el llanto que te ahoga aunque venga de un concepto, son tan reales como cualquier fantasma en su Canterville natal, como cualquier vampiro en su Transilvania, como el Frankestein recién soñado al que Mary Shelley le acaricia el rostro con clavos y remaches.
Podés escribir o leer lo que otro escribe, o hacer ambas cosas o no hacer nada.
Pero si por una calle de París vas caminando detrás de la Maga y diciéndole que no te mienta más y ella se detiene en una esquina para apenas mirarte y aceptar la flor que le regala Pérsico, ya sos la sombra de otro, las manos que al azar te dibujaron.

domingo, abril 22, 2012

LA MANIPULACIÓN INFORMATIVA


La feroz manipulación informativa de los medios españoles -incluyendo a la alguna vez sobria TVE- se desvive por enfrentar a los pueblos español y argentino por el tema YPF. Para ello, no vacilan en atacar, no ya a un gobierno, sino a los millones de argentinos que, aún opositores, apoyan la recuperación de la petrolera estatal. No deja de asombrarme la desinformación y la mala leche con la que, por ejemplo, nos caracterizan como a una nación de borregos adoctrinados o fascinados por el "populismo peronista".
La tragedia social que hoy vive España empieza -recién empìeza, hay que decirlo- a parecerse demasiado a la vivida por Argentina en la desgraciada década del ´90, cuando prácticamente todo el patrimonio estatal fue rematado a precio vil y ni siquiera al mejor postor, para sostener a unos gobiernos que, como el actual en España, no hacían otra cosa que inclinarse ante Washington, el FMI y sus cómplices.
Llegan al límite de lo razonable cuando el canciller español "visita Washington" para pedirle ayuda a Hillary Clinton. ¿Acaso quiere reeditar la hazaña conjunta del intento de derrocamiento y asesinato de Hugo Chávez Frías, allá por el 2002?
Irrita particularmente que el gobierno de España amenace al de Argentina con "represalias del FMI y del Banco Mundial".
¿Acaso de verdad no se enteraron de la devastación que las políticas impuestas por esos organismos a nuestros obedientes gobiernos sembraron ya no durante la década pasada sino a lo largo de la mitad de nuestra historia económica?

Me prometí a mí mismo no volver a tocar el tema, llamarme a silencio.
Pero soy escritor, no monje de clausura.

lunes, abril 02, 2012

UNA GUERRA DE EXPIACIÓN

Malvinas fue una guerra de expiación.
Millones de argentinos vitorearon a una dictadura genocida.
Gritaban viva la patria pero gritaban viva la muerte.
Creyeron, esos millones y la dictadura, que recuperando Malvinas expiarían sus crímenes y complicidades.
Los colimbas combatieron contra los ingleses. Muchos de ellos murieron a manos del ejército imperial.
Pero el peor enemigo de los "héroes de Malvinas" fueron la dictadura y los que aplaudieron la guerra desde lejos.

30 AÑOS DE MALVINAS


A 30 años de Malvinas, recordemos a los caídos en combate, a los estaqueados por una jerarquía militar cebada en la sangre de sus compatriotas, al "presidente" dictador de turno que envió a miles de pibes de 18 a morir de hambre, frío, malos tratos y a veces a manos de gurkas y bombazos de ingleses, al pueblo que aclamó al dictador en la Plaza de Mayo mientras festejaba la fiesta de la guerra que librarían otros.
Recordemos a los que, rendidas las islas, volvieron "al continente", es decir, a la Argentina, por la puerta de atrás, silenciados e ignorados por las mismas masas jubilosas que los habían vitoreado dos meses antes.
Recordemos a los ingleses que, rendidas las islas, dieron abrigo y alimento caliente a los derrotados, tratándolos -a diferencia de los oficiales argentinos- como a seres humanos, respetando la dignidad de los vencidos.
Recordemos por fin a los suicidas, que ya suman más que los caídos en combate y en el hundimiento del crucero General Belgrano.
Que Malvinas sirva, a 30 años de su "recuperación", para recordar y repudiar una vez más y por siempre a la dictadura militar que, con el apoyo y financiamiento de sectores del poder económico, se ensañó con el pueblo argentino, sometiéndolo a esclavitud, desamparo y una congoja que no cesa.