martes, enero 01, 2013

FELICIDADES


Los años no se van lejos. Cerca de mi casa, por ejemplo, hay una guarida de años: una vieja cabaña cuyo techo de tejas se voló a medias con las tormentas de viento, los muros algo derruidos de ladrillos a la vista, un terreno descuidado que algunos vecinos desaprensivos usan como basural pero que alguien, una vez al mes, desmaleza y limpia.
Hoy me di una vuelta por la cabaña y ahí estaba el 2012. Acurrucado por el frío y una rotunda tristeza que, al avanzar el 2013, irá mutando en melancolía.
Le dije buen día, no voy a desearte felicidades, dejame compartir con vos unos mates.
Me senté a su lado, calenté agua en un brasero y cebé los primeros mates. Me gustan amargos –dijo-, cimarrones.
Después de los primeros mates se atrevió a confesarme su cansancio, el demorado asombro que atrapa a los años cada diciembre, la proximidad del abismo y las despedidas.
Gracias –dijo cuando anuncié mi partida.
Y agregó mirando lejos, como si todo hubiera terminado mucho tiempo atrás, tal vez un año antes de su llegada al calendario que le correspondía:
-Felicidades.

1 comentario:

  1. Guarida de los años. Me quedo con la imagen de la cabaña melancólica.

    Saludos!

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