miércoles, abril 29, 2009

LA RIOJA, CAPITAL DE MÉXICO

Jorge Yoma, embajador argentino en México y candidato a diputado

La gripe porcina preocupa al embajador argentino en México. Entrevistado por la televisión porteña, Jorge Yoma afirmó que el gobierno mexicano estaba actuando con toda energía y responsabilidad en el control de la peste. Curiosa, la cronista quiso saber si el embajador tenía miedo de contagiarse, a lo que Yoma respondió que primero estaba su deber.
-¿Dónde está usted ahora, embajador?- quiso saber la cronista, aludiendo a qué zona de la capital o del interior mexicano recorría nuestro representante diplomático, en su desvelo por atender a las necesidades de nuestros compatriotas en tierra azteca.
-A punto de abordar un avión... en el aeropuerto de La Rioja- respondió, muy suelto, Yoma. -Mañana mismo viajo a México.
-Pero el gobierno argentino habría suspendido todos los vuelos a México, embajador.
-Ah... en ese caso viajaré en cuanto los vuelos se reanuden- dijo Yoma y, suponemos, se estiró en su fresca cama riojana y siguió durmiendo la siesta mientras mascullaba un periodistas hinchapelotas.

sábado, abril 25, 2009

PENAS Y OLVIDOS






Los escritores somos muy de firmar manifiestos, solicitadas y proclamas condenando todo lo condenable de este mundo algo retorcido e injusto. Y está bien que así suceda.
Lo que no está nada bien es que no siempre sucede así. Podemos -y debemos- condenar la explotación del hombre por el hombre, la violencia de género, el abuso de menores, el racismo y la xenofobia, tantas lacras. Pero somos más reticentes -cuando no, complacientes- en condenar públicamente los abusos de la industria editorial y de su cómplice, el poder de los medios. Dos factores que no casualmente nos promueven a la siempre acotada notoriedad de la que puede gozar un escritor o nos entierran en el absoluto anonimato. Y no es una cuestión de vanidades -que las tenemos, y de qué calibres- sino de ejercer nuestro oficio con alguna dignidad y consecuencia. Porque lo que hacemos, escribir libros, necesita de esos dos factores antes mencionados. No para crear nuestros imperfectos mundos -que para ello nos elige la soledad y nos valemos de esos recursos irreemplazables que son el trabajo personal y una pizca de talento- sino para difundirlos, para que lleguen a quien le dará sentido final a nuestra tarea: el lector.
Vivimos en una sociedad capitalista -algo derrengada por el sobrepeso financiero pero sin opciones sólidas o creíbles a la vista-. Si nadie, o muy pocos, compran y leen lo que hacemos, no hay mercancía, no hay consumidor posible, no hay capitalismo ni hay tu tía. Los editores y los mediáticos saben de nuestra dependencia de sus poderes casi absolutos. Y aunque ellos, en muchos casos, sean tan peones como nosotros los obreros de la palabra, se desplazan sobre el ajedrez "literario" con la prepotencia y a veces la ceguera propia de los reyes. Condenando y absolviendo, consagrando, defenestrando e ignorando, según caprichos personales aunque, la mayoría del tiempo, obedeciendo a intereses comerciales concretos.
Pocos escritores se les animan a esta corporación multimediática. Saben, sabemos, de su inmenso poder. Y en la mayoría de los casos arrugan -arrugamos-.
Hay excepciones. Una de ellas, la que recuerdo, fue la de Osvaldo Soriano. Claro, para lanzarse al ruedo en su condición de gladiador solitario, Soriano se supo armado con la mejor defensa posible para un escritor: era el más vendido de la Argentina. Sin embargo otros, muchos, aún tocados por los óleos del bestselerismo o la academia, prefieren arroparse entre las almidonadas faldas y hundir sus culos en los mullidos cojines de la industria editorial y periodística.
Soriano no. Periodista él mismo, desde un diario que por entonces era una opción independiente, denunció con pelos y señales, en una serie de inolvidables notas, las humillaciones que sobre él y el resto de nuestro fragmentado gremio se desploman cada vez que creemos tener un producto para vender y buscamos quien le dé forma comercial.
Hay que decir que los puristas, los consagrados por el sistema y los "académicos" miraban a Osvaldo con indisimulado desdén. Y mucha envidia, claro, por sus ventas. Soriano, en cambio, lejos de hacer causa común con quienes habían editado sus novelas -y habían hecho con ellas negocios mucho más redituables de los que hacemos los autores-, trazó un inventario de los manejos y postergaciones a que lo había sometido la industria desde que empezó a destacarse en el prolijo pero conformista panorama literario local.
Ahora que en Buenos Aires empieza la edición anual de la Feria del Libro, estaría bueno que se debata el rol de los empresarios del libro y de la comunicación en general, cuando de promover nuestro trabajo se trata. Claro, lo que digo parece una ingenuidad: esos mismos empresarios montan la feria y a ellos mismos está dirigido todo el esfuerzo, aunque se invoque la presencia a menudo esotérica del autor.

Soriano ha muerto, demasiado pronto para el gusto de muchos -sus lectores- y gracias a Dios para unos pocos pero poderosos, los que deciden de qué hablaremos cada día, a quiénes respetaremos y a quiénes despreciaremos, qué leeremos o por lo menos compraremos para lucir nuestras máscaras de ciudadanos informados y lectores cultos.
Y es que en el fondo -que está acá nomás, a la vuelta de la esquina-, para la industria no hay tales ciudadanos ni lectores: hay consumidores.

miércoles, abril 22, 2009

PADRE NUESTRO




El creciente reclamo de madres solteras sobre el presidente obispo de Paraguay no toma en cuenta que ningún cristiano de a pie usa forro, obediente a las directivas del Papa Benedicto: mucho menos, un señor obispo. Y aunque en el caso de Lugo haya dejado de serlo, parece notorio que no abandonó los hábitos de cojer/follar en toda circunstancia y con quien se le cruce. Cuestionar, entonces, al presidente paraguayo por la prole que engendró antes de asumir su cargo es de muy mala leche. O de muy buena, según se vea. Por allí chimentan que los críos en lista de espera para ser reconocidos suman ya diecisiete.
No sé cuánto gana un presidente en Paraguay, ni si Lugo recibe aún estipendios de obispo. En cualquier caso, va a tener que laburar a jornada doble, retomando tal vez en paralelo sus funciones eclesiásticas, si quiere de verdad parar la olla de tantas bocas.
Padre nuestro, dicen los críos. No rezan: acusan, demandan alimento.

martes, abril 21, 2009

TIERNA DESVENTURA DEL GRITO

Semblanza de Lubrano Zas
por Aníbal Lomba (www.boedoweb.com.ar)

Lubrano Zas es uno de esos escritores que, como casi todos aquellos que formaron o antecedieron o sucedieron a la Generación de Boedo, como Juan Pedro Calou, Palazzo, Mariani, Riccio, Barletta, Castelnuovo o el mismo Yunque, han sido reducidos al limitado mundo de un grupo de viejos lectores o unos pocos nuevos estudiantes o investigadores que por sí mismo van descubriendo ese nuevo mundo literario, alejado de la industria de los best sellers.
Lubrano Zas es uno de aquellos hombres que, en palabras de Roberto Díaz, han hecho una literatura cargada de humanismo, de recatada ternura, con una prosa impregnada de lirismo, que ha volcado en cuentos imperecederos que dejan huella en la sensibilidad del lector. Nacido en Rosario el 29 de mayo de 1913 con el nombre de Máximo José Lubrano, adoptó para la firma de sus obras un apodo constituido por los apellidos de sus padres (Fernando Lubrano y Mercedes Zas): Lubrano Zas.
Conoció a Álvaro Yunque, a Elías Castelnuovo, a Leónidas Barletta, a Roberto Mariani, Raúl González Tuñón, convirtiéndose en el tiempo en el último historiador contemporáneo del mítico Grupo. Nos dejó sus Palabras con Elías Castelnuovo, sus Aproximaciones a Álvaro Yunque producto de largas entrevistas con ambos escritores; Gustavo Riccio, un poeta de Boedo y "Boedistas y precursores" libros que constituyen herramienta imprescindible para introducirse en el estudio del Grupo de Boedo. Pero literariamente, su obra se ejemplariza en sus cuentos cortos. Mi casa está lejos obtuvo la Faja de Honor de la SADE y el Premio del Consejo del Escritor, Seguiré contando hasta el fin, Tierna desventura del grito, son otros títulos de su valiosa obra. Falleció en Buenos Aires el 8 de diciembre de 1999.

lunes, abril 20, 2009

COMO LUCHANDO TODAVÍA








El box ha dado tema para mucha ficción, sobre todo en cine, un poco menos en la literatura. El combate a golpes de puño enguantado supo convocar multitudes en el Luna Park, mientras miles de aficionados seguían las peleas por radio.
Es muy conocido el relato de Cortázar, "Torito", sobre la agonía de un boxeador que pudo ser Luis Ángel Firpo, inolvidable para quienes lo leyeron tanto como para quienes lo escucharon luego en la voz de su autor.
Poco recordado, aunque igual de contundente, es el cuento de Lubrano Zas sobre el "Mono" Gatica. No recuerdo cómo se llamaba, tampoco pude ubicarlo en los omnibuscadores de internet, tal vez porque su autor murió hace mucho, era de otra época, tampoco sé si el cuento fue editado en libro o lo leí en "El escarabajo de oro" o en "Hoy en la cultura", revistas que en los ´60 colgaban de los kioscos de la calle Corrientes como racimos de inteligencia y compromiso estético y político.
Si el relato de Cortázar está narrado en primera persona, el de Lubrano Zas se valía de la segunda, plantando al autor en una complicidad dolorosa con un campeón degradado por las reglas crueles del negocio y por la no menos impiadosa venganza política del gorilaje antiperonista. Porque el "Mono" era peronista, muy peronista, demasiado para un tiempo de intolerancia. Su vida está contada en cine con toda la belleza de que es capaz Leonardo Favio, otro muy peronista.
Pero cito aquí a Gatica porque nunca olvidé el cierre de aquel conmovedor relato de Lubrano Zas sobre su gloria y decadencia.
Gatica murió pretendiendo treparse a un colectivo en movimiento, aunque ya su vida se entremezclaba peligrosamente con sus recuerdos: intentando asirse a la puerta, trastabilló y cayó bajo las ruedas del bondi. Manoteó el aire como en tantas peleas intentó agarrar al adversario para aliviar y responder al castigo:
Como luchando, todavía, Mono. Como luchando.
Dijo, escribió Lubrano Zas, a modo de epílogo para la historia de un campeón.

domingo, abril 19, 2009

LA VIDA BREVE


El uso de menores por parte de bandas organizadas, con el apoyo y/o el consentimiento de la policía, es tema archiconocido por fiscales, jueces y, obviamente, autoridades policiales. El menor es el eslabón más débil de la cadena, es descartable (ver nota de "Página 12" de hoy). Les pagan $ 350 por auto y, si caen presos, nadie los defenderá. Muchos de ellos actúan bajo los efectos del paco, una droga armada con elementos residuales que destruye el cerebro en cuestión de semanas.
Para la dirigencia política, sin embargo, es más redituable culpar a las autoridades de turno que colaborar ocupándose realmente del tema, articulando y promoviendo una investigación a fondo y castigando ejemplarmente a los responsables. Los sucesivos gobiernos sólo atinan a "defenderse", enumerando la cantidad de efectivos y de patrulleros incorporados a las fuerzas policiales.
Los medios de incomunicación hacen su agosto mediático poniéndole micrófonos a líderes de opinión como Susana Giménez o Cacho Castaña, que promueven a voz en cuello la necesidad de implementar la pena capital y, sugerido entre líneas, la salida a la calle de escuadrones de la muerte.
Durante la primera mitad de los ´70, las organizaciones políticas y sociales trabajaron activamente en las villas miseria, logrando avances significativos en promover y apoyar la organización de sus pobladores en movimientos reivindicativos y de trabajo comunitario. Los llamados "curas del tercer mundo" fueron activos protagonistas de esta etapa. Unos y otros pagaron luego con sus vidas tales atrevimientos, la represión peronista de Isabel y López Rega, primero, y luego la dictadura del ´76, se ensañaron con ellos de manera despiadada.
Con el asesinato de tanta militancia se desmanteló esa acción social, que acabaría de liquidarse durante los ´90, bajo la acción predadora del menemismo que destruyó el aparato productivo de la nación. Las villas crecieron, ya no como lugares de una acción social reparadora sino como aguantaderos de la delincuencia, con una población cautiva, rehén de narcos, secuestradores y otros bellos ejemplares de la condición humana.
Es de onanistas -o sea, de pajeros- que buscan su propio placer masajeándose las entrepiernas con manoplas de hierro y clavos, discutir si hay que colgar a los de catorce o asesinarlos en los vientres de sus madres cabecitanegras. Como siempre, la derecha, el fascismo (des)fachatado promueve la desmovilización, el individualismo cerril, porque ése es su campo de dominación. El muro abortado entre dos partidos del GBA es juego de niños comparado con el otro muro, el de las complicidades partidarias, estructurales, de una sociedad que no quiere, que no tolera, que repudia mirarse al espejo de las aberraciones que ella misma -apoyando dictaduras o gestiones políticas basadas en una feroz exclusión social- ha engendrado.

viernes, abril 17, 2009

LA RESISTENCIA


Ahora que se viene abajo la estantería, que los gurúes financieros están sembrando tomates y los ricachones del mundo cavan fosas alrededor de sus guetos porque no confían ni en sus abuelas maternas, ahora que vuelve el nazismo, que los gilipollas pelotudos se asustan y siembran el terror entre otros de su condición, es buen momento, buena circunstancia histórica para leer poesía.
La que te guste, Antonio Machado, Alejandra Pizarnik, Pablo Neruda, "Juanele" Ortiz, Jacobo Fijman, Homero Manzi, Federico García Lorca, César Vallejo, Juan Gelman o Paco Urondo, Jaime Dávalos, Yupanqui, Discépolo, Tejada Gómez, tantos, populares y "cultos", los que te cuajen según el ánimo y las ganas de aceptar el mundo tal como es y no como te lo presentan los hijoputas, los showmen de la política basura, de la economía para pocos, los apocalípticos, la escoria que durante el siglo veinte condujo al mundo a dos guerras mundiales y a innumerables matanzas en sitios siempre lejanos, nunca en sus countries, en sus oficinas de Manhattan o Puerto Madero, en sus refugios a prueba de desdichas y de pasiones .
La poesía es nuestro bunker sensible pero blindado a la infamia, a los manipuladores, a los predadores de futuro, a los secuestradores de esperanzas, a los asesinos, torturadores, esclavistas, explotadores, a los que odian o ignoran la poesía, creyendo que así nos dominan y callan. Pero la belleza de un texto es la libertad encarnada en la palabra, no la estatua con su antorcha y su fuego de piedra, es la música de la inteligencia que hasta los sordos disfrutan, es un jardín donde los ciegos pintan las flores con el color de su rebeldía, es tierra digna para los más débiles, es nuestro edén sin religiones.
Con la poesía resistiremos aunque te obliguen a volver a las cavernas. La poesía es nuestra condición más humana.

jueves, abril 16, 2009

MÁS SOBRE PINGÜINOS


Los pingüinos de la Patagonia caminan como Chaplin porque fueron al cine, de críos, y no pudieron sustraerse a su magia. Como nosotros, cuando éramos pibes y nos revolcábamos de risa con las andanzas de Carlitos, su denodada lucha contra el malo de cejas enarcadas, sus ilusiones y decepciones con la bella que le encendía el corazón y nos arrebataba el alma.
Ya en la tele casi no dan películas mudas de Carlitos. Hay que buscarlas en alguna programación cinéfila de trasnoche, perdida en la madrugada. Cuando ocasionalmente, muy de tanto en tanto, encuentro alguna, aprovecho que a esa hora estoy solo y me revuelco de risa. Y me pregunto qué harán a esa hora los pingüinos de la Patagonia. Si celebrarán, agitando sus alas que no les sirven para volar sino para aplaudir el fugaz regreso del viejo mago.

miércoles, abril 15, 2009

CHAPLIN SOBRE LOS TÉMPANOS


El cambalache nacional superó a Discepolín. La locura pingüinera es más contagiosa que el dengue. Candidaturas "testimoniales" -tipos que piden ser votados para, después de electos, hacerle ossooo al cargo para el que se proponen-, alianzas contra natura entre los hasta ayer oficialistas y la más acérrima oposición, aprovechamiento electoralista de la proliferación de mosquitos, anuncios del apocalipsis si no me votan pero si me votan también. A la temida recesión se la anuncia desde que la economía crecía al 8% y las patotas rurales bloqueaban las rutas. Si la crisis internacional es jodida, la argentina es peor -dicen los predicadores. A la falta de monedas para viajar en bondi la inventamos nosotros. ¿Que no hay crédito en España o Italia? ¿Y qué? Nosotros nunca tuvimos crédito, los banqueros más guachos son los nuestros, se quedaron con nuestra guita en 2001 y les seguimos "confiando nuestros ahorros".
De parecerse a Carlitos Chaplin caminando sobre los témpanos, el pingüino pasó a ser una bestia energúmena que pretende quedarse a vivir en el poder. Los economistas y políticos que nos hundieron en el quinto infierno nos dicen ahora qué hacer para que nos abran la puerta del Paraíso.
Por las dudas, San Pedro cerró con doble vuelta y se tragó las llaves.

martes, abril 14, 2009

EXTRAVAGANTES



Ni Evo Morales ni el ex obispo Lugo, actual presidente de Paraguay, son invitados frecuentes a las páginas de la prensa internacional "seria". A menos que uno de ellos declare una huelga de hambre y el otro admita ser el padre de una criatura de dos años. De sus empecinadas luchas por ofrecer a los pueblos que representan una oportunidad de alcanzar cierta dignidad, ni palabra. Pero qué pintorescos, qué extravagantes, qué ridículos mandatarios del tercer mundo. Mirá que ponerse un presidente a hacer huelga de hambre, o tener de primer mandatario a un ex cura casi pedófilo.
Así son los de allá arriba, che: condescendientes, ligeramente piadosos con los que se creen jefes de estado pero no dejan de ser mayordomos y capataces de sus colonias. Hasta podrían resultarles simpáticos si de vez en cuando no les diera por nacionalizar, estatizar, recuperar.

jueves, abril 09, 2009

JUEVES SANTO, FERNANDO SANTO, ISIDRO SANTO



Vecinos de San Fernando intentan

derribar el muro

Un grupo de vecinos del barrio Villa Jardín, que se oponen a la construcción del muro que divide los partidos bonaerenses de San Isidro y San Fernando, seguían rompiendo partes de cemento y varios pilotes del paredón.

martes, abril 07, 2009

LA "QUINTA INTERNACIONAL"




Si a fines de la década del 30, con la conformación de la Cuarta Internacional, los partidos marxista-leninistas buscaron, bajo la inspiración de León Trotsky, superar sus propias contradicciones para enfrentar de modo más radical al poder burgués, reuniones como la del G 20, la semana pasada en Londres, apuntan obviamente a lo contrario. Claro, no son obreros quienes representan a los países más poderosos de la Tierra y a un puñado de “colados”, entre los que fue favorecida la Argentina.
No debería sorprender entonces que la principal conclusión de ese cónclave de mandatarios del llamado Primer Mundo y algunos de sus “satélites” –como se designaba a los países de la Europa del Este hasta la caída del Muro-, sea la de fortalecer con una carrada infernal de billones de dólares al FMI. Sí, al FMI, el mismo organismo financiero internacional que le bajó el pulgar a las necesidades argentinas, cuando en el país del bife de chorizo, el tango y los estancieros pretenciosos sólo se necesitaban unos veinte mil milloncitos de verdes para no caer en lo que se cayó, con los muertos impunes de la represión de diciembre de 2001.
Pero se cayó, caímos, nos aplastaron y, tras cartón, nos devaluaron a la tercera parte de lo que creíamos valer. Y a seguir yugándola para que, mal o bien, volviéramos a crecer. Por las nuestras, con el “flujo de caja”, como llaman los técnicos a la guita que los empresarios guardan no en Suiza ni en Caiman sino en sus chanchitos.
¿Y ahora, después de siete años de yugarla, estos líderes “new age” del poder internacional burgués quieren que volvamos a poner la zabiola en la guillotina financiera?
Pero tómenselas, manga de giles con corbata. Si el Sur todavía existe es a pesar de ustedes, de su prepotencia histórica y, ahora, de sus crisis.
Como dijo Alfonsín mientras Aldo Rico, Seineldín y sus tropas fascistas se lavaban la cara y festejaban haber puesto a un gobierno civil de rodillas, felices pascuas.


domingo, abril 05, 2009

Fígaro lí, fígaro lá, fígaro MAMBO






















Encargo de catálogo para Mambo: entrar en una barbería y liquidar al que en ese momento se esté afeitando. Escena típica del cine negro en blanco y negro, no puede fallar. La hora, seis y cuarto de la tarde, el día, martes –todos los martes, el capomafia de Almagro se hace afeitar, tal vez porque cada noche de martes se reúne con sus gerentes y las respectivas mujeres-. Sólo los mafiosos se afeitan en las barberías, le dijo el que le dio el encargo.
Llega Mambo, puntual, a la dirección indicada. ¿La barbería? La cerraron hace veintiocho años –le informa un viejo desdentado, vecino de Almagro desde que tenía dientes (de leche).
¿Por qué le pagarían por una misión imposible? Llama por el móvil al quía que lo contrató: me quedo con el anticipo –le dice-, para los gastos. Pero acá no hay ninguna barbería, sólo un almacén, y está cerrado.
Golpeá, boludo, que ya es la hora. Pero me pagás el resto –Mambo. ¡Te pago el doble, golpeá la cortina metálica!
Obedece, Mambo. Es buena guita y cada loco con su tema. Golpea y la cortina metálica empieza a levantarse. Lo que parecía un almacén –un estridente cartel rojo anuncia “La Buena Estrella – Despensa”, se revela como una barbería idéntica a la de las películas. Mambo entra y ahí está el mafioso, la cara rebosante de crema como baba de perro rabioso. Dispara tres veces y se va, el barbero, italiano, se queda gritando mamma mía mamma mía mientras se agarra la cabeza. Mambo se aleja por la calle empedrada, el celular le hace cosquillas en las tripas. Listo el fiambre, responde en vez de decir hola: ¿me va a pagar el doble?
Carcajada, al otro lado, Mambo la siente como si le escupieran en la oreja: ¿Por balear a un muerto? Conformate con el anticipo.
A veces pasa, que le paguen menos. No es mala guita, sin embargo, no vale la pena reclamar por monedas, se correría la voz y dejarían de contratarlo para trabajitos metafísicos, los barrios son como pueblos chicos y Almagro no es la excepción.

Se palpa el arma, en la sobaquera: las balas de fogueo recalientan tanto como las verdaderas. Cada vez que ejecuta a alguno, los pistoleros del pasado se retuercen en sus tumbas, sentimentales de mierda.

viernes, abril 03, 2009

"FUIMOS NOSOTROS"

Cuatro jugadores, cada uno muerto sobre sus cartas, sobre el último juego. Uno de los cuatro tenía el as, los otros tres esperaban a que se cumpliera la sentencia. El que tenía el as era el condenado: los killers entrarían sin llamar, cuatro disparos en la misma cabeza y todo el mundo a casa, fin de la jornada.
¿Qué falló?, se pregunta Masetti, inspector de homicidios, ¿por qué los cuatro?
Se acomoda el perramus sucio, a lo Columbo –le gusta parecerse a Columbo-.
Son colombianos –conjetura su ayudante, el teniente Galvé: a los colombias no les pida discriminar, inspector, llegan, matan y se van.
Ni colombianos, ni mexicanos, ni puta madre –dice, escupe el Columbo criollo: son de los nuestros, de la Federal.
Desde la otra esquina del garito, el forense confirma sus presunciones con un cabeceo y el típico alzarse de hombros, de nuevo ellos, parece admitir. Pero Masetti no es de los que duermen en la misma cama que sus asesinos.
Vamos a buscarlos –le dice a Galvé, que palidece: ¿Se volvió crazy, inspector?
Acepta seguirlo, es su subordinado y tampoco quiere quedarse sin trabajo, aunque lo maten. Es un cana new style, Galvé: brazo izquierdo tatuado, piercing en el labio inferior, arito en la oreja izquierda.
No van lejos, unas veinte cuadras, hasta Rivadavia y Medrano, donde la cúpula policial toma el té en “Las Violetas”. Sentados a una coqueta mesa, masita va masita viene, hablan de sus últimas adquisiciones: una cuatro por cuatro alemana, el jefe Montero, cincuenta hectáreas en la pampa húmeda, el fiscal Galíndez.
Masetti se impacienta, Galvé vigila la entrada. ¿Qué quiere, Masetti?
Detenerlos –responde al jefe Montero: por homicidio simple en cuatro oportunidades.
¿Por qué sospecha de nosotros, inspector? Con más curiosidad que aprensión, el fiscal.
No sospecho, estoy seguro. El que estaba marcado para morir, el del as, era cuñado suyo, Galíndez. La hermana, o sea, su mujer, lo encontró revisando archivos bancarios que lo comprometen en el lavado de guita de la droga; entre orgasmo y orgasmo le dio la voz de alarma y usted le mandó a los sicarios.
¿Y si fuera así, a los otros tres, por qué limpiarlos? Ahora el curioso es el jefe Montero.
Porque las cartas estaban echadas, jefe: esas barajas, como estas masitas tan ricas, hubieran terminado por empalagar a sus hombres y usted no iba a arriesgarse a que lo chantajearan.
Tiene razón, Masetti –el jefe Montero, admirado: no sé de dónde sacó esa historia pero a veces, sólo a veces, la mejor manera de descubrir la realidad es imaginarla.
Montero y Galíndez se miran uno al otro, deslumbrados. Alguna vez se dijo que la Federal era la mejor policía del mundo –recuerda Montero, nostálgico. Parece que estamos recuperando ese prestigio.
¿Un poco de té, Masetti?
Puede ser, acepta el inspector al que le gusta parecerse a Columbo. Y ésa, la de la izquierda –señalando una masita: la que tiene crema.
A Galvé, que quedó en la puerta de “Las Violetas” cuidando que esos pájaros no escapen, le suena el celular en la cintura. Es Guadalupe, su novia. No le entiende todo lo que dice, le tiene prohibido cualquier intento de felatio porque usa el piercing en la lengua.
¿Cinco muertos, dice la tele? Siempre agrandan, esos guachos de la prensa. No, fueron sólo cuatro y tampoco es un ajuste de cuentas entre mafiosos, fuimos nosotros.
No duerme en la misma cama pero acepta compartir la mesa. Para sentarse a tomar el té, Masetti se ha quitado el mugroso perramus. Ya no se parece a Columbo.