viernes, junio 29, 2012

JUGADORES


La manipulación de los afectos es tal vez una de las conductas más perversas de que hace gala la condición humana. El homicidio en sus diversas variantes es, en la mayoría de ellas, condenado penalmente con la severidad que cada caso exige.
Pero la vida humana también está en peligro frente a un manipulador.

Como un asesino serial, el manipulador de cualquier edad, sexo y condición se esfuerza por ganarse la simpatía y empatía del grupo humano del que se rodea, despliega su seducción a la manera de la araña pero, a diferencia de aquélla, sólo deja fuera de sus telas al objeto/sujeto que habrá de devorar, al que prefiere libre como paso previo al poderoso veneno de la parálisis que provocará en su presa los fuegos cruzados de ira y reconciliación.

El acoso, el abandono, el juego simétrico del te quiero te olvido no te quiero te descubro te recupero vuelvo a quererte y te abandono ha causado estragos y sigue siendo la causa que está en el origen de personalidades destruidas, demolidas, arrasadas por la pena sin tregua de la sumisión, la culpa y el rechazo.

De ahí al suicidio hay sólo un paso, la puerta que se cierra con un estampido que tanto se parece al tiro de gracia.

jueves, junio 28, 2012

LA POESÍA NO NACE DE UN REPOLLO


La poesía es guerrillera. Ataca y se repliega.
Dante Lobardo va colgado del camión de basura, salta en busca de las enormes bolsas, las revolea hacia la boca insaciable del mionca cuando zás, pum, mamita, me iluminé –grita.
El compañero recolector lo mira como a un loco, aunque no se sorprende porque lo conoce, está al tanto de los ataques.
-Te dio el ataque místico- dice, resignado a lidiar con el trabajo de su compañero poeta que está ya sentado en el umbral de un edificio de departamentos, anotando lo que le dictan sus musas grasientas, cirujas, basureras.
-Dale, Dante, que se nos va el camión- le advierte.
-Perá, perá… que me falta un verso pa´la cuarteta.
El chofer se asoma y amenaza con dejarlos de seña en ese umbral, una fila de autos se va alargando detrás del camión, festival de bocinas, de gritos, de discusiones entre automovilistas.
Dante Lobardo aúlla.
-¡Yassssssssssstaaaaaaaaaaá!
Grito de guerra, de victoria sin muertos, de placer triturado entre carcajadas demolidas por los líquidos de una putrefacción que se vindica fundacional del absoluto.
-Ché, no entiendo un carajo de lo que escribiste- el compañero, que intenta descifrar lo que Lobardo sembró en su libreta.
-Hay que darle tiempo- desliza Lobardo, confidente, mientras el camión arranca y los autos y las bocinas y la sirena de una ambulancia con un muerto en emergencia: -A la poesía hay que darle tiempo, gilún. La belleza no nace de un repollo.

miércoles, junio 27, 2012

BEST SELLER


Era un tipo de pocas palabras. Decía menos que lo indispensable y, como escritor, ni falta hacía leerlo.
Los editores, felices con él. Era récord de ventas sin siquiera haberlo editado. Huía de la prensa y sin embargo sus admiradores lo acosaban.
Un día desapareció sin dejar rastros.
Ni una página escrita.
Sólo el recuerdo de los millones que no lo habían leído nunca.

sábado, junio 23, 2012

ÚLTIMA PÁGINA


El problema con los suicidas, si son escritores, es que de la celebración de la vida han hecho un dogma, una superstición y, por fin, una novela.
Si no sabes leerla a tiempo, el “no lo hagas” llegará después de que descubras cuánto vacío había en esa última página arrancada. 

miércoles, junio 20, 2012

EN EL BAN (Buenos Aires Negra)


Agradecido a mis compañeras de mesa.
La excusa –una presentación de “Segunda vida”, mi novela editada en septiembre de 2011 por Norma- sirvió para hablar de literatura, en el marco de un encuentro de escritores algo heterodoxo, como lo son en general los de novela negra.

Claudia Piñeiro y Mercedes Giuffré, un lujo. Escritoras de raza, laburantes de la palabra escrita, compañeras en esta apasionante empresa de descubrimientos, en esta búsqueda de nuevas preguntas, en este rastreo casi detectivesco de los culpables de la insatisfacción.
Porque en lo que escribimos no hay punto final aunque acabemos un cuento o una novela. No hay tiro de gracia aunque parezca que el malo de la historia pagará por sus crímenes.
Tampoco hay tales crímenes, sólo incógnitas que se resuelven –lo intentamos- abriendo puertas a nuevas historias.

domingo, junio 10, 2012

DEUDA DE FUEGO


Sentado a la vereda del bar, medio grado bajo cero, un montón de tela que parece arder, al menos es lo que delata el humo blanco que sale por delante de la visera de una gorra. Paso a su lado y oigo una voz familiar:
-¿No saludás más?
-¡Pucho, querido amigo! ¿Qué carajo hacés sentado acá afuera? Te vas a congelar.
-Fumando, qué querés que haga... Vení, sentate.
-Ni loco. Dejé el faso hace años. Ya no moriré por él.
-Vas a morir de todos modos, dejate de joder, aguantame un par de pitadas más y nos vamos juntos.
Eso hago. Con Pucho somos amigos de la infancia.
-El tordo me dio dos meses, tres, a lo sumo. No puedo esperar al verano para fumarme un faso mientras tomo un café en este bar.
-¿Tenés cáncer, eso te dijo el médico?
-¡Qué médico! El Tordo, el jefe de los prestamistas de Almagro: le debo veinte lucas desde la última partida de póker. Me dio dos meses para pagarle. "Tres, si no te encuentro antes", me dijo.
Y antes de que me levante mandándolo a la mierda desenfunda un Camel:
-¿Querés un faso?

martes, junio 05, 2012

VECINO


Vecino del pueblo, de esos que te saludan cuando te cruzás con él haciendo la compra diaria y nunca más de un buendía.
Ahora me para, me echa un aliento que conservó en salmuera desde la cena de anoche para preguntarme si yo soy el que vio hace unos días en el diario.
-Era un diario viejo- aclara: -iba a envolver unos huevos y vi su foto.
Voy a explicarle que a veces, coincidiendo con algún equinoccio, publico una novela y salgo en el diario.
No hace falta.
-Pero cambié de idea- dice, -los huevos envueltos en papel de diario se rompen fácil. Conseguí una huevera de plástico.
Se va como vino, aunque antes de perderse detrás de una góndola agrega:
-Buena foto, se lo veía bastante más pendejo: retocada, ¿no?