martes, octubre 25, 2011

ELLA, PERO TARDE Y AYER


Llega tarde a la cita, ramo de rosas viejas, agobiadas por la ausencia, grises. Ella se ha ido hace tanto que el barrio, la ciudad entera, han cambiado. Ya no es ni Buenos Aires, aunque no atina a discernir qué es. La va a preguntar a un peatón distraído que, rojas rosas frescas empuñadas en su mano derecha, se detiene en la misma esquina que él. Pero calla, prefiere el silencio, el paisaje urbano que de a poco, como la nieve, cae blanda y lentamente hasta reconstruir el lugar exacto de la cita y, a lo lejos pero acercándose, ella.

No hay comentarios:

Publicar un comentario