jueves, diciembre 03, 2009

PLATA QUEMADA


Cuando a Barack Obama le dieron el Nobel de la Paz dijo que los suecos se habían equivocado. No fue una demostración de falsa modestia, fue la verdad, dicha por el flamante presidente de la potencia mundial.
La actitud de los Estados Unidos frente al golpe de Honduras -apoyando unas elecciones fraudulentas convocadas por un gobierno golpista- y la decisión de enviar 30.000 soldados más a la devastada Afganistán, no hacen sino confirmar lo acertado que estuvo el carismático presidente demócrata cuando se desayunó con que unos suecos atolondrados lo habían elegido como a un hombre de paz.
Plata quemada, la de los Nobel.

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