domingo, mayo 19, 2013

SIN PROMESAS


Se durmió entre sus brazos.
Se habían amado como siempre lo soñaron: sin promesas ni remordimientos ni culpa. Cuando amaneciera se dirían adiós y no habría promesas de reencuentros, ni de cartas, ni de llamadas.
Al despertar, él no estaba, no la había esperado.
Debió levantarse durante la madrugada, sigiloso, preguntándose quizás por qué todo si mañana. Le había mentido cuando habló del vacío al que prometieron no asomarse, mentira.
Se vistió despacio, perezosa, malhumorada. Abrió la ventana al aire frío y salado del mar, inspiró, satisfecha aunque también decepcionada por el poco valor de las promesas.
Se inclinó sobre la baranda del balcón y se dejó caer como anoche sobre la cama. Veinte pisos más abajo, él la esperaba. Nadie lo había visto salir en plena madrugada. Ni a ella, tan temprano en la mañana.
Recién al mediodía y por una llamada anónima llegaron la policía, el forense, los de la televisión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario