¿Existe París?
-Buena pregunta- dice el
Rabdomante. –Hace tiempo que renuncié a responderla.
Acepta, sin embargo, que la
busquemos en el mapa que despliego sobre la mesa del bar y en el google-earth que
abrimos en la netbook. Nada.
-No hay caso- dice el
Rabdomante.
-Entonces mi sueño era una
premonición.
Explico al Rabdomante que
anoche soñé con la desaparición de París. No sé de qué manera ni por qué, pero
despertaba y París ya no existía. O, peor aún, nunca había existido.
El Rabdomante pregunta al
dueño del bar y al mozo que nos ha servido el café si han viajado alguna vez a
París.
-¿Qué es París?- preguntan
casi a coro.
Me mira entonces, trata por
primera vez de conocerme pese a que somos amigos de tantos años.
-Tendrás que volver esta
misma noche a ese sueño- dice, me ordena. –Recuperar París.
Me voy del bar con alguna
preocupación por la salud mental del Rabdomante.
Camino calles tranquilas de
barrios apacibles de Buenos Aires que me recuerdan, se parecen tanto y casi son
las mismas calles tranquilas de los barrios apacibles de París.
ian que los niños venian de Paris,jeje,ese mito se puede romper.Felicidades por tu blog.
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