lunes, septiembre 24, 2012

LOS HIJOS, LAS NOVELAS, EL TIEMPO


No he tenido hijos, tuve novelas.
Ni los hijos ni las novelas te llenan definitivamente la vida. Los primeros son una consecuencia de tu amor con una mujer y de las posibilidades que te da la biología de perpetuar la especie. Las segundas, una invención pura y solitaria, una decisión cultural de dar vida a seres y situaciones imaginarias que, en la mayoría de los casos, son barridos por el tiempo.
Pude haber tenido hijos y novelas, o hijos sin novelas, o nada de las dos cosas y ser valioso a mi manera, perpetuarme, recrearme, ser otros en uno mismo.
En el corazón de la última noche late la respuesta, cuando las luces se apaguen y la oscuridad dé paso a sus jardines "de senderos que se bifurcan".
Ahí estarán ellos y arreciará como nunca el tiempo.

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