lunes, enero 06, 2014

MARKETING DEL SUICIDIO

Eterna Cadencia ha reeditado las novelas de dos suicidas, Jorge Barón Biza y Salvador Besnedra. Ambos libros fueron aparentemente los únicos escritos por sus autores, que eran periodistas. Barón Biza perteneció a una familia cordobesa marcada por la tragedia, cuya historia personal me fue narrada por alguien allegado a esa familia, aunque tampoco es secreta para quien quiera informarse. Barón trabajó en diversos medios y decidió poner fin a su vida luego de escribir “El desierto y su semilla”. Salvador Besnedra escribió “El traductor”, novela que de ser finalista en el premio Planeta de Argentina, fue a parar a los cargados anaqueles del estudio de Daniel Divinsky, en la consabida “sala de espera” para ser editado. Decisión que Daniel tomó luego de su suicidio, con magro resultado de ventas.
No sé si celebrar la resurrección de ambos escritores por esta editorial porteña, me suena más a marketing que a reivindicación del talento.

Tal vez y una vez más me equivoque, pero algo me cae muy mal en quienes hoy suben al podio de la crítica literaria que mezquinaron o callaron en vida de sus autores.

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