La llama.
Quiero hablarte –le dice, cuando ella atiende: -pero en serio, que me escuches, yo también estoy dispuesto a escucharte, dame esa oportunidad, no puedo más.
Y ella: -¿Quién habla?
Pero él cuelga.
No era ella, entonces –se dice.
-¿Qué va a llevar, señor?
-Cigarrillos- le responde a la vendedora: -Salí para eso. A comprar cigarrillos.
No debía ser ella
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