El abandono no es siempre ese
portazo, la distancia, los olvidos. Es a veces ver al otro cuando ella te mira.
Aunque el otro aún no haya
llegado, aunque no exista.
El abandono es esa última
página arrancada, la pradera de hielo en primavera.
Con pretensiones de que acá nos encontremos para opinar, hablar de brolis y de naifas, arreglar el mundo -que falta le hace-, confirmar que somos inmortales.
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