Reviso cosas viejas, cartas,
fotos, recuerdos, trastos de la memoria, herrumbres.
-¿Qué buscás?- mi madre.
-Mi infancia, explicaciones.
-¿No te sorprende verme?
-Para nada, te esperaba.
-Podrías estar muerto.
-Podría estarlo desde hace
tanto, mamá. Lo estuve, vos también, acordate.
-No revuelvas tanto-
disgustada, mira la habitación polvorienta: -Después dejás todo tirado y tengo
que venir yo a poner orden- me reprende antes de irse.
-Cerrá la puerta al salir. Quiero
estar solo.
Oigo sus pasos alejándose por
el pasillo, el andar oblicuo y lento de aquella noche, la puerta de calle que
cierra con suavidad.
Como temiendo despertarme.
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